sábado, 28 de abril de 2018

Dios que nos amas

Dios de consuelo, Tú tomas
el peso de nuestras cargas y pesares,
para que podamos seguir adelante
en todo momento, llevándonos de la ansiedad a la confianza,
de las sombras del egoísmo a la luz del Amor sin condiciones.

Dios de misericordia,
concédenos saber esperar como Jesús: en tus Manos
y acoger tu mirada de amor a todo ser que respira en tu creación 
hoy tan vilipendiada, tan maltratada por nosotros los humanos.
Que queramos hacer el bien siempre que podamos
en medio de esta historia tan llena de EGOÍSMO.

Dios que nos amas,
te buscamos con confianza,
  y tu amor se abre paso
a pesar de nuestras dudas e inquietudes.
Nos habitas en lo profundo del SER.

Jesús, que eras consciente de tanta cerrazón
sabías de la gran indiferencia e inconsciencia humana
y no amenazabas a nadie, sino que perdonabas porque comprendiste.
Nosotros también quisiéramos saber perdonar
y permanecer en una total sencillez de corazón
sabiendo que si supiéramos comprender no haría falta perdonar
y viviríamos en la paz.

Jesús, alegría de nuestros corazones,
Tú derramas en nosotros tu Espíritu Santo,
Tu Espíritu de Amor incondicional,
que viene a nuestra vida a animarnos a amar como tú
a pensar como tú, a hablar como tú, a ser como tú.

Espíritu Santo, concédenos poner paz
allí donde se dan oposiciones,
y hacer perceptible por nuestra vida
un reflejo de la compasión de Jesús y del Padre
Sí, concédenos amar y decirlo con nuestra vida. Amén

Hermano Roger (Taizé, Francia) 
 




Lo que no se renueva perece


Ceder y vivir en paz o tener razón y hacer la guerra




Si te olvidas de la realidad por entretenerte en razonamientos inquisitorios, y te dejas llevar del cerebro reptil y no quieres desarrollar ser amor en lugar de gritos,de pleitos, si no te decides a vivir desde la fe adulta y tu neocortex para ser amor sin esperar nada, entonces entrarás en conflicto y provocarás la guerra. 





Ceder para ti, en muchos de los casos, será lo mejor. Para nosotras ceder en sabiduría significará que aunque la otra parte tenga su razón, no buscaremos polémica, ni activaremos orgullo herido o soberbia, ni dejaremos que la parte viceral o reptil salga a flote, sino que esperaremos el mejor momento para dialogar.




¿Cuándo ceder? Cuando el diálogo en la otra parte no es posible por la postura rígida del “yo estoy bien, tú estás mal”. La rigidez no se abre a otras alternativas, polemiza, divide. “Yo pienso así y hazle como puedas pues o piensas como yo o no hay trato. 




La cerrazón es un complejo. Lo que no cambia, perece. Nos volvemos escleróticos, nos aferramos a falsas seguridades: todo siempre igual porque el cambio nos aterroriza porque hay que aprender a mirar desde la misericordia y eso no nos gusta. No es verdad que queramos ser como Jesús porque ser como Jesús cambia todo nuestro sistema de antivalores tan lleno de orgullo, egoísmo, idolatría a nosotros mismos, necios y nada sabios.


 

¿Cuándo callar? Cuando yo también me coloque en esa postura en donde me aferro a mi punto de vista y entonces lo que sucederá ahí será un pleito enorme, un divorcio, una pérdida de empleo o vocación. Bloqueados, confundidos, nos dejamos arrasar y arrastrar por los impulsos negativos y sin fe. 






¿Cómo hemos sobrevivido en nuestra historia personal o como linaje humano? Buscando un por qué, un sentido de vida: “No he venido a ser servido sino a servir”, dice Jesús, (Mt 20, 28) sin esperar NADA a cambio. 
 





Sin pelear quién me quita el pan de mi boca, sino mirarte a ti Jesús que me lavas los pies. ¿Dónde están los pies cansados y sucios que he de lavar? He de ser ofrenda de amor dado voluntariamente al estilo de Jesús. Ser el último porque amo sin condiciones. Ser esclavo de todos porque el Hijo del hombre sólo vino a darse, a amar, a servir.


 



 Humildad. Sabiduría. CERO NECEDAD. Vivir una vida sin recompensas. Vida plena. Metanoia (Transformación). Mirar la realidad con plena atención, conmoverse ante los sucesos, el drama de lo que ocurre, encargarse de la Realidad, que no significa ser el dueño de la realidad, ni el salvador de los acontecimientos, sino elegir ser parte del flujo evolutivo, favorecerle y darle cumplimiento, siendo creador de uno mismo y estando disponible a lo que toca. Hoy toca callar, callo. Hoy toca hablar siempre con amabilidad, hablo. Hoy toca simplemente acompañar, acompaño. SIEMPRE TOCA FLUIR. No bloquear, no ser interferencia, sino puente de amor. 

 

Los pasos son pues: seguir hasta el final de nuestros días sanando cada día el interior, mirar, ver con sabiduría, buscar, y elegir formar parte de ese UNO al que Dios quiere que lleguemos: UNO EN EL AMOR. Entonces surge la energía inagotable del amor incondicional.





He aceptado entrar en quietud en el seno de mi mismo/a, porque “Se bien la Fuente que corre y mana aunque es de noche”, nos dirá San Juan de la Cruz y he recorrido el largo camino de alejarme de mis apegos y mis herencias, y aun no he terminado. Por ello, “Has  de aprender a permanecer en esa oscuridad. Vuelve a ella tantas veces como puedas, dejando que tu espíritu grite en Aquel a quien amas” (San Juan de la Cruz). “Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi”.




1º paso: Compasión hacia mí mismo/a. La práctica de la compasión, implica la práctica de sabiduría, el sanar diariamente las heridas hasta que no duelan más. Esto no quiere decir que no pasa nada, que todo está muy bien porque no es un grito de ignorancia es un grito de saber las contradicciones de la existencia. O ¿Es que cuando Jesús se inclinaba a lavarles los pies a sus discípulos uno por uno, no veía el corazón de ellos? El conocía el corazón de todos: (sus rencillas,su  gran egoísmo). Si no hay compasión es como cortarnos el lóbulo frontal de nuestro cerebro.



 

2º paso: Vivir conscientemente la realidad el único instante que tengo en la oración de Jesús.

Necesitas salir de tu confort, de tu casa para “ser un sin casa” al estilo de Jesús: “El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. El criterio más importante para Jesús fue y es el Amor incondicional. “El ayuno que Yo quiero es este: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no desatiendas a tus semejantes” (Isaías 58, 6-7)



ORACIÓN DESDE LAS ENTRAÑAS

 
Señor Dios: Que todos queramos ser sanados de tanta ignorancia, que queramos despertarnos, y liberarnos del egoísmo, abriéndonos a tu amor Oh Padre, abriéndonos al amor al otro y ser libres de tanta atadura que nosotros mismos  provocamos al no querer perdonar.




¡Ayúdanos Padre! pues habiendo reconciliación en el interior humano, viviríamos todos en tu paz. Ayúdanos a ser esa balsa, ese puente para los que desean atravesar un río; que queramos ser una luz en la oscuridad, un hogar de reposo para los que están agotados una medicina sanadora para todos los que están enfermos. Una vasija de abundancia llena de testimonio de vida, de esa sabiduría que me das hasta trabajar para que cuantos más quieran, se liberen del sufrimiento provocado por el egoísmo y todos estén despiertos al amor verdadero por tu gracia. 






Mahatma Gandhi: La no violencia, la no posesión. Su clave fue: resistir la violencia, la injusticia, lo desordenado pero salvar al opresor, al injusto al violento. Extraer la violencia para que el oprimido y el opresor se encuentren. 

 

 Teresa de Calcuta resume su vida en estos pensamientos: “El fruto del amor es el servicio por los más dolientes y quizá se encuentren en tu misma casa”. Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida; Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua; Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor. Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo; Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro; Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado. Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos; Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos. Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión; Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender; Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona. Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos; Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo”




Ahora ¿seguirás 24 horas eligiendo la necedad, o decidirás comenzar o continuar por el camino de la Sabiduría de Jesús de Nazareth?








lunes, 23 de abril de 2018

Conciencia contemplativa


¿Qué significará leer y vivir la Regla de San Benito hoy, aquí y ahora,  pensar con una mente monástica y vivir la vida más como un don que como una batalla?









1.- La espiritualidad benedictina, es un camino del SER en medio de las actividades de la vida, tratando de no descuidar ningún aspecto, viviendo equilibradamente sin agobios sino más bien tratando de vivir a Jesús en el corazón y quien fue amor siempre sin condiciones, pues no se trata de "cumplir la ley" sino de SER AMOR a cada instante, siendo libres y responsables. Orando en el SER en tiempos específicos y en todo tiempo, cuidando siempre sobre todo al estar con las personas, con los animalitos, que se refleje el Amor que "oramos" "Ora et labora" es decir: ORA Y HAZ TODO CON AMOR.







2.- La espiritualidad benedictina,  es ser evangelios vivientes. San Benito llama a su regla en el capítulo 73,8  “una pequeña regla para principiantes en la vida espiritual y no un manual para aprender más cosas sobre Dios".

Esta "pequeña Regla para principiantes", es para quienes con intención sincera buscan al Señor de todo corazón; personas quien quiera que sean: amas de casa y esposos, maestros, profesionistas, para monjes y laicos, niños, jóvenes, adultos, para todos.... y como él dice:  " para todos los que buscan esta escuela del Amor Divino". 
 
La Regla nos lleva a tener una conciencia contemplativa de que sólo el Amor a Dios y a su Creación vale como criterio sano para vivir la vida. Pues si la vida de un benedictino de una benedictina monje y oblato/a es hacia "dentro", es porque hacia "afuera" se tratará de ser simplemente AMOR.








3.- La Regla nos muestra claramente que la vida no es vivir egoísta e individualmente basándonos  en los caprichos personales o de "sentir" a Dios entre aromas y visiones, sino que es acoger la sabiduría de los otros que nos proporciona valor y ayuda para examinar minuciosamente nuestras opciones a la luz de sus valores y su coraje de vivir.



4.- La Regla de San Benito nos enseña a vivir en la humildad de Jesús, reconociendo los dones de cada uno, poniéndolos al servicio de los que lo necesiten, sean seres humanos, animalitos, naturaleza.




Podríamos resumir que la Regla de San Benito no es una fórmula de santidad semejante a un plan de crédito: compre ahora, pague después. Tú que escuchas, permítenos decirte que la Regla te invitará a madurar, sobre todo eso de ser santos y ser santos será: AMAR A MANOS LLENAS, como Jesús, pero tu necesitarás querer cambiar, comenzar un proceso en serio de ir puliendo tu interior a la luz de Jesús, a la luz de su Espíritu, sanando heridas.







En el capítulo 72 de la Regla, San Benito nos previene del “entusiasmo que pasa es decir el entusiasmo falaz”, nos previene del fanatismo y del absolutismo que hacen de la religión un instrumento de opresión en contra de nosotros mismos y de los demás. Y en el capítulo 73, 8 y 9  nos dice: Tú, quien quiera que seas, que corres hacia la patria celeste, vive con la ayuda de Jesús esta regla escrita para que finalmente llegues, con la protección de Dios, a las cumbres del AMOR SIN CONDICIONES.
 





Queremos terminar  dejándote un viejo cuento monástico. Escucha: El anciano dijo al hombre de negocios: Así como el pez perece en tierra seca, tú pereces cuando te dejas enredar por el egoísmo. El pez debe regresar al agua y tú necesitarás querer regresar a tu interior en donde el Amor Verdadero te habita. El hombre de negocios inquieto le pregunta: ¿Estás diciendo que debo dejar mi negocio? El anciano dijo: Definitivamente no. Te estoy diciendo que te mantengas en tu negocio y entres en tu corazón.




Terapia visual de pensamientos sabios 2