Si te dedicaras a la invocación del dulce nombre de Jesús, todos los pensamientos destructivos huirían de ti. (Respiramos 30,000 veces cada día) Si te entregaras a esta meditación silenciosa u oración de Jesús como la llamaron los padres del desierto, imagínate tu mente en una semana, en un mes, en un año, en 20 años: Una mente más bondadosa, más generosa, más solidaria, más madura, más amorosa, más reponsable. Eso es inteligencia espiritual.
"Jesús Hijo de Dios, ten misericordia de mi"