Mostrando entradas con la etiqueta oblatas benedictinas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta oblatas benedictinas. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de marzo de 2023

¿Qué es la introspección?


¿Qué es la introspección hecha desde la fe adulta, desde la esperanza que no muere, desde el amor incondicional? Es mirar en lo más profundo de la propia alma y descubrir lo que quiere decirnos nuestro ser, pero sobre todo, verme no como me veo en un momento de enojo o de desprecio, de desánimo, de gran desaliento, sino verme cómo Dios me ve. ¿Cómo te ves tú?, ¿Cómo crees que Dios te ve?

La introspección, nos ayuda a re enfocar nuestra mirada, nos ayuda a encontrar el equilibrio en nuestra vida, en todo momento. Saber ir dentro cuando quieres en un instante, y saber salir fuera en un instante, cuando es necesario. Una cara sonriente puede no siempre transmitir alegría, tus ojos comunican otra cosa, quizá tristeza o enojo. 

 Ser introspectivo no es quedarse ahí, dentro, cerrados, desconectados. Por eso la necesidad de mantener el equilibrio. Ser capaces de ser amorosas/os, empativas/os, comprensivas/os sin apego, sin enredarme en lo que la otra persona trae, porque si nos enredamos, entonces ya somos dos enredados. 

La introspección nos ayuda a cómo poder andar en lo que la vida nos presenta, con otra actitud, más sabia, más libre, más nueva iluminada a la luz de la eternidad de Dios. No nos aislamos para huir, no rechazamos, no reprimimos el enfado, el miedo, nada. 

El mundo de la introspección es un mundo enriquecedor, muy liberador, muy sanador. Desde esa respuesta que elegimos desde nuestra propia naturaleza, desde la paz. Podemos responder de mil maneras, pero cuando respondemos desde la paz, es que no queremos una atmósfera agitada ni dentro ni fuera de nosotros mismos. 

 


Nunca podremos tratar la injusticia con una actitud injusta. Enfadarnos, reaccionar, como si fuese un boxeo, nos va a agotar, nos va a deprimir. Cuando siempre estamos luchando con lo mismo internamente o externamente, vivimos en tristeza crónica. La introspección es un interesante espejo del silencio. En ese espejo puedo ver mi propia belleza interna. Y cuando lo veo que está sucio, lo limpio. Ver mi día, mi momento, ver las cosas a mejorar. Conectar, sintonizar con una solución, con una respuesta positiva cuando reconozco que esa actitud que he tenido, no ha estado bien. 

La introspección, crea puentes. Cuando hay belleza en tu ser y una intención generosa, se pueden crear puentes incluso para otros, cuando vean mis reacciones, mi mirada, una palabra llena de unción amorosa, sosegada, en donde el otro, la otra se sienta apoyada/o. Con una sintonía silenciosa, y eso da la experiencia que puedes darte en amor. La introspección crea consciencia, no sólo estar despiertos. Y la espiritualidad no es saber sino SER. Cuando decimos algo a alguien habrá un impacto, pero ¿cómo será ese impacto?  ¿De bondad y no de pegar o impresionar a otros?

 


 

Es importante ser honestos, auténticos. Sin querer reconocimiento, aplausos. Lo haces porque realmente ERES. Eres amor incondicional, siendo COHERENTE. Esto se puede contagiar para que los demás saquen su propia verdad. La introspección abre la puerta a un encuentro verdadero contigo, con los demás, con Dios. 

Para transformar algo hay que poder “verlo” es decir, espiritualmente “verlo” es comprenderlo, no reprimiendo sino ir cerniendo, acomodando, transformando, conectando con esa Fuente Verdadera que nos ayuda a disolver las cosas, a transformarlas. Dios nuestro Amor verdadero nos ayuda siempre a poner todo bien. 

La transformación propia no es cualquier cosa, se trabaja a cada instante, en cada circunstancia, en cada emoción, en cada pensamiento, en cada obra, y la introspección nos irá ayudando a ser más y más introspectivos amorosos, sabios. Dar vueltas a lo que nos sucede no para quedarnos girando en negatividades, sino precisamente para dar visión de eternidad en donde ya no es un círculo sino una espiral hacia el amor verdadero, el amor incondicional. Entonces vamos de la reflexión a concentrarme desconectando y centrarme en el Amor Verdadero. 

Si estoy llena de desperdicio y yo sin querer hacer nada, y si invito a Dios a mi vida, dirá: ¿En dónde puedo sentarme? si todo está lleno, mal oliente….Permite que Él y tú hagan ese trabajo maravilloso de ir por la vida ligero, ligera de equipaje, sólo con el amor, la paz, la alegría verdadera, la solidaridad y todo lo maravilloso que ya eres con Él. Mirar con los ojos del amor, de la alegría siempre, siempre con mirada renovada. 

 



De ahí la necesidad de vivir “dentro” y sólo “ir hacia afuera” para ser como sería Jesús en nuestro lugar. La introspección es un proceso personal tan necesario, para mirar hacia el interior para analizar nuestro comportamiento y actitudes que tenemos hacia ciertas circunstancias de la vida, sobre todo cuando nos sorprendemos miedosas/os, inseguras/os, ansiosas/os, deprimidas/os, o muy enojadas/os, cuando no aceptamos las cosas que suceden, ni a las personas.

Nos ayuda a comprendernos, cómo comprender nuestras vivencias del pasado y cómo eso afectó en nuestra manera de ver el mundo en el presente. Puede llevarnos a re conectar con vivencias del pasado que hace falta elaborar para poder asumir, comprender y continuar de una manera más amorosa hacia nosotras/os mismas/os. Y es que mediante este ejercicio de la introspección, podemos enfrentarnos a episodios del pasado que no se gestionaron en el momento en que se vivieron pero que hoy, tenemos la oportunidad de sanarlo.

 


 

La introspección es reflexionar en conciencia. Sócrates decía: es mucho más importante que te conozcas a ti mismo que darte a conocer a los demás”. Marco Tulio Cicerón decía: mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo”. La autocrítica pues, es básica: necesitamos querer mirarnos con el objetivo de comprender qué cosas conviene cambiar. No es cuestión de auto culparse sino de comprender para poder avanzar, para poder ir por esta vida, ligeras, ligeros de equipaje.

La introspección consiste, pues, en revisar nuestros pensamientos y sentimientos, ver qué los motiva, qué ocurre en nuestra mente. Para ello, necesitamos querer ser muy honestas/os consigo mismos; tratar de ser lo más objetivos posible respecto a nuestro comportamiento, ya que sólo de esa manera lograremos aprender tanto de nuestras virtudes como de nuestros errores.

 

Todos, cometemos errores. Y para ser compasivos, misericordiosos, para lograrlo, lo ideal es mirarnos sin juzgarnos, simplemente tomarnos el tiempo de pensar y analizar qué sentimos, pensamos o hacemos con respecto a lo que sucedió, sucede y para reafirmar nuestra capacidad resiliente, pensar y analizar, qué harías en las circunstancias más adversas. Imagínalas y escribe para luego compartir. 

Gran parte de la introspección conlleva el siempre preguntarnos por qué pasan las cosas. Haz una hoja de trabajo de autoconocimiento. A pesar de ser muy similar a llevar un diario, esta técnica es útil para tener un seguimiento de tus ideas y emociones. La esencia es que escribas tus objetivos, talentos, debilidades, metas, sueños, esperanzas, miedos y todo aquello que creas que te ayudará a mirar dentro de ti de forma realista. No olvides que al conocerte mejor y desarrollar lo que es la introspección, podrás trabajar en reforzar tu auto estima. 

Recuerda: Nadie te ha amado, ni te ama, ni te amará como sólo Dios lo hace, pero si tú no te amas? Dios te ama incondicionalmente pero, ¿Y tú? Recuerda: “Saber estar dentro ahí, contigo misma/o y con el Verdadero Amor, Dios, para saber salir fuera”, pues con Él, todo se sana, incluso las cicatrices más grandes y más dolorosas, se sanan. Permite que tu mirada interior se haga dulce. 


 

 

AMAR A MANOS LLENAS

 ¡¡AMAR A MANOS LLENAS!!


¿De qué hacemos alarde? ¿Nos despojamos? Jesús no hizo alarde, se despojó, prefirió vivir en humildad, en sencillez. ¡Vaya extraña forma de ser Dios! ¿Quiénes nos creemos nosotros a la hora de humillar, de gritar, de ignorar, de golpear los corazones y a veces hasta el físico de una persona o de un animalito? Jesús no haría lo que yo hago, ni lo que tú haces. ¿Hasta cuándo me decidiré, te decidirás a ser como Él: AMOR INCONDICIONAL?



¡¡Con qué facilidad nos encadenamos a pensamientos superficiales, locos, tontos!! Hoy Jesús viene a decirte: En ti está la decisión de SER. Ser amor sin condiciones!! Hay poder en la debilidad, y la debilidad divina y humana de Jesús es acogerte, amarte como nadie lo ha hecho, lo hace y lo hará, estrecharte en sus entrañas y derramar su paz, su luz, su poder.

¡Despierta! Date cuenta que no tienes nada que te estorbe sólo tú misma/o. Decídete a vivir en esa nada amorosa y llena de silencio que recrea, que enamora más y más de Dios y de las criaturas que respiran. Decídete a ser manos que nutren y que acaricien, que alimenten y calmen la sed, manos que abrazan lágrimas, brazos que son apoyo, atención plena y jamás indolencia, indiferencia, porque eso mostraría, eso revelaría que no eres aún a pesar de todo lo que “sabes”, consciente de quién eres.


¿Qué estoy haciendo por los seres vivos que me rodean, y por esta creación, mientras aún tengo vida? De eso va la Semana Santa: De ser cada instante de nuestra vida, AMOR INCONDICIONAL, SERVICIO, SOLIDARIDAD, ENTREGA, como Jesús.

 


Todo lo que hacemos no sólo los católicos, sino todos los cristianos y así cada persona en esta tierra, con sus creencias, incluso los no creyentes, si seguimos matándonos unos a otros, con "tirar piedras", hablar mal de quien sea, ¡¡Tanta indolencia, tanta indiferencia!! si creemos que todo eso que hacemos nos hace más santos, ya nos equivocamos!! Habla mal, de mi, de ti. San Benito Abad en su Regla, nos enseña a no anteponer NADA, al AMOR. Y es que buscar a Dios, creer en Jesús, en su Padre amoroso, en su Poder Amoroso, en María la madre de Jesús, ir a este o a este otro acto piadoso, (a veces como gallina sin cabeza, con una gran ignorancia a cuestas) independientemente de todo, tendría que ser AMAR A MANOS LLENAS, porque desde la eternidad, desde que Dios nos pensó, SOMOS AMOR INCONDICIONAL. Tú decides cómo vives todo esto si DORMIDO, DORMIDA, o CONSCIENTE, al estilo de Jesús, que por cierto, nunca dejó de ser Judío, pero que nunca estuvo de acuerdo con las injusticias y creencias falsas de quienes se decían "conocedores de Dios", "conocedores de la Ley de Dios", los estudiosos y dirigentes de turno. ¡¡Despierta!!                                                                

 

¿Quién o qué piensas que eres tú?

Tu sentido de quién eres determina lo que percibes como “tus necesidades y lo que te importa en la vida”; y todo lo que te importa tendrá el poder de trastornarte y perturbarte, o transformarte y volverte al ser natural que eres: AMOR INCONDICIONAL. Lo que te importa no es necesariamente lo que dices o crees, sino lo que tus actos y reacciones revelan como importante y serio para ti. Así que puedes plantearte esta pregunta: ¿cuáles son las cosas que me molestan y trastornan? ¿Por qué reacciono impulsivamente? ¿Por qué reacciono desde mi malestar, sea cual sea? Si cosas pequeñas, tienen el poder de trastornarte tanto, entonces ¿Quien piensas que eres o ni siquiera lo piensas?

Si lo que quisieras de verdad fuera paz, entonces elegirías la paz. Si la paz y la armonía interna y externa te importara más que cualquier otra cosa y si de verdad supieras que eres espíritu y no un pequeño yo lleno de egoísmo, te mantendrías sin reaccionar tan visceralmente y estarías absolutamente alerta cuando te enfrentas con personas o situaciones adversas y aún más, cuando estás frente a frente con tu impulsividad que vino de lo que irracionalmente estás decidiendo pensar sobre esa persona, sobre esa situación.  Aceptarías inmediatamente la situación y así te harías uno con ella fluyendo, en humildad, en lugar de separarte de ella. Entonces, de tu estado de alerta saldría una respuesta. Respondería quien tú eres: tu misma conciencia, tú, que eres un espíritu encarnado, y no quien crees que eres: un yo pequeño sin educar, sin cultivar, sin potencial. Serías poderosa/o en el amor incondicional, y no convertirías en enemigo a ninguna persona o situación.



Siempre que dos o más egos se juntan hay drama. Pero incluso si tú vives totalmente sola/o, puedes crear tu propio drama. Cuando sientes pena de ti misma/o, hay drama. Cuando te sientes culpable o ansiosa/o, creas drama. Cuando piensas fuera del amor sin condiciones, fuera de la compasión, y lo haces desde la ira, desde la rabia hay drama. Cuando permites que el pasado o el futuro oscurezcan el presente tu hoy, tu aquí y tu ahora, tú estás creando tiempo, tiempo psicológico, el material del que está hecho el drama. Siempre que tú no estás honrando el momento presente permitiéndole SER. simplemente SER, tú estás creando drama.

Permítete llenarte de silencio interior que no significa no hablar, sino vivir interiormente en la nada amorosa, en donde los pensamientos “locos” es decir inconscientes, y las emociones ya no son un problema, porque ahora tú decides, que nada te robe la paz.

 


Un abrazo enorme!! 

 

martes, 17 de enero de 2023

Sed de ser en el Amor

 

SED DE SER EN EL AMOR

 

En nuestra actualidad todo habla de la necesidad de acallar tanto ruido sobre todo interior que nos desgasta con su agitación. Nos esclaviza nuestra propia visión de las cosas, de nosotros mismos, de la realidad, de ahí la necesidad de desnudarnos de nosotros mismos. Desnudarse es vernos tal como somos, sin intentar escapar de la propia realidad. Despertar y darnos cuenta de que nada es nuestro. Despertar a la realidad de que hemos de cuidarnos unos a otros con actitudes de bondad. Estamos hechos para la convivencia, pero también estamos hechos para la soledad, la soledad que plenifica. Hemos de aprender a escuchar el silencio y luego, aprender a escuchar al que es el Silencio Amoroso: Dios.

 

Los seres humanos no somos salvadores de nadie, pero sí necesitamos amar a manos llenas. Amarnos primero a sí mismos, luego, a todo ser que respira. Ser pan interior para los demás, ser paz, ser luz, ser las manos de Dios que acarician y cuidan de los seres que respiran y son vulnerables; ser la compasión, el poder ponernos en el cerebro de los demás, tan herido….ayudar a los animalitos…vivir para Dios y para esta creación, siendo bondad, muriendo a lo que nos hace daño y hace daño: tanto grito, palabras hirientes, actitudes indiferentes, abusos de muchos tipos. "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto" (Jn 12,23-24). 

 


 

Necesitamos otra forma de leer la vida, otra forma de leernos a nosotros mismos. Necesitamos volver a nacer. ("Juan 3,1-22) Estamos aquí para amar. La soledad no existe en la naturaleza, en la creación. No hay otro sentido. Amar como Él nos ha amado primero. Ya no necesitamos buscar fuera el amor. Somos amor. Pero, ¿Quiero, quieres vivirlo?

 


 

Es el silencio que puede liberarnos de toda su atadura, y allá, en la hondura y anchura, es donde desde la fe desnuda, emerge Dios con todo su esplendor, y profundo amor, y es el que el silencio, cuando la mente ha cedido a su necedad y querer egoísta, posibilita lo pleno y entonces, todo lo lleno anhela el vacío para no quedar saturado de sí mismo.  San Juan de la Cruz nos enseña a desear querer pasar por la noche de los sentidos, por el vacío de sí mismos, entrar a las cavernas llenas de silencio en donde el mismo Silencio, así con mayúscula, nos devolverá nuestro estado original de ser, de simplemente ser, en el Ser. 

 


 

Quietos, callados y acallados, sólo siendo y sintiendo la respiración, cada inhalación, cada exhalación, llenando nuestro anhelo de ser amor sin condiciones y vaciándonos de lo que no somos. Con el silencio llega la experiencia y la certeza de que somos habitados, lo que la mística llama, la "inhabitación de Dios". No hay nada que esperar, porque hemos regresado a nuestra Fuente de Vida, al Amor que no es amado. Dios nos abraza en esa sabrosura del Amor que Es. Ya no hay nada más que desear, sólo ser, sólo amar. Ya no hay espacio para lo "mío", ya no hay espacio para "mis cosas", ya no hay espacio para seguir viviendo de cualquier manera, ya no hay espacio para el gran egoísmo. Sólo el Amor basta, sólo amar incondicionalmente basta y bastará. Entonces, cada vez cabrá más realidad y tendré más consciencia de aceptar todo como viene en cada hoy, aquí y ahora. Aceptar con sabiduría y paz, pues, qué sabemos del otro lado de las cosas.

 

Quien separa el Silencio de la vida, se confunde. Quien vive la vida desde el Silencio, su preferencia, su anhelo, su misión, su propósito es y siempre será ¡¡Amar a manos llenas!! Ser Silencio para esta creación, silencio abrazador, silencio que se solidariza; así nos damos cuenta de que el vacío interior es una bendición. Aparece en donde ha habido desalojo, mayor cavidad se hace disponible, se trata de cavar hasta lo hondo cada vez más con mayor silencio, para permitirnos percibir lo que nos rodea y que ya no es precisamente nuestro ego, sino nuestro ser amoroso, sosegado, reconciliado, simplemente SIENDO, entonces el Ser, Dios, se revela en su creación maravillosa detrás de cada criatura. Nada existe por sí mismo ni para sí mismo, sino que es rumor de otra Presencia que en cada existencia anida.

 

ORACIÓN


 

La oración está en todos los seres, como un impulso hacia su Fuente. En el reino del amor hay siempre un Tú por invocar, porque ese Tú, es la condición misma de amar. Cuando el Amado se acerca, el amante desea que no se aproxime del todo para poder seguir yendo tras Él y seguir sintiendo el ardor que lo consume. Tal es el sentido de la oración que todavía no es unión, pues aunque el alma lo desea, el "yo" no está maduro para morir. La oración es posible, porque hay dos. Cuando todo sea colmado, no habrá palabra, ni hará falta oración, porque todo estará repleto del Amor, en donde el yo, ya no cabe, sólo la consciencia pura de ser, de amar. Simplemente vivir en Amor.

 

ENTREGA

 

 

No podemos ser si retenemos. No podemos ser si no nos desapegamos de lo que nos esclaviza, de lo que nos separa de amar incondicionalmente. Somos donación. Somos entrega. Compartirnos, darnos, entregarnos, ser sin cesar. Nuestra existencia es pasar, dejarnos traspasar, dejarnos poseer de ese Amor inconmensurable de Dios. Somos amor inconmensurable de Dios. La pregunta es: ¿Lo quiero vivir?  porque la Fuente, está siempre vertiéndose, derramándose por doquier. Cuanto más apertura a la Apertura que nos origina, más crece la capacidad de ofrecernos. Nos hace partícipes de su condición. Dios no forza a nadie. No sería Dios. Lo que existe, existe como desbordamiento de la abundancia del Ser. Abiertos, nos damos en Su darse. Somos más, cuanto más a través de nuestro vacío, dejamos ser, al Ser. Dirá el salmista: "Aprende a estar vacío de todo, y verás cómo Dios, resplandece", y nosotras diremos: resplandecerá en tus pensamientos, en tu mirada, en tus palabras, en tu silencio amoroso, en tus obras.

 

Descalcémonos como Moisés ante la Zarza, (Éxodo 3,2) pues esa Zarza es inconsumible, es Eterna…El Ser, así con mayúscula, Dios, es calmo, y calma la sed; cuando la criatura regresa, amansa su sed y queda anegada en lo que supera su capacidad de concebir y de comprender. Dirá Pablo de Tarso: "Ya no soy yo, sino Otro, quien vive en mi" (Gál 2,20). La vida se percibe y se concibe desde la pura bondad, desde la sonrisa, desde la paciencia, escuchar, observar, ser abrazo, asumir con paz, dones que ya tenemos pero que necesitamos querer poner en práctica.


 

El vacío no se puede circunscribir. El pensamiento que todo lo quiere capturar no lo puede "agarrar". Es plenitud que colma. Es, no siendo (no agonizando en el egoísmo, en tanta soberbia, en tanto orgullo, en tanta ceguera), cuando más somos sin serlo, porque Dios tiene en nosotros, la oportunidad de nacer. 

Una vez estando yo muy enferma, nuestra amiga ermitaña en Mont Sant Catalunya, Montserrat Domingo me dijo: "Gema, dame un poco de tu dolor, para que no sientas tanto y así lo repartiríamos. Dame, dame de tu dolor". Y hoy, aquí y ahora, podemos aliviar el dolor de quienes nos rodean, de seres vivos indefensos. Dice San Francisco de Asís: es dando como recibimos, es muriendo como nacemos a la vida verdadera, la vida, del amor incondicional.

 

PRESENCIA.

 
 

Lo que aparece en el término estaba en el origen, pero no lo sabíamos. Para eso venimos a la vida, para conocerlo, para experienciarlo a través de toda nuestra vida. La pregunta es: si la gota, una vez que ha entrado en el Mar, ha dejado de ser gota, es consciente de ser Mar. ¿Sabes? en realidad, no hay gotas, sólo Mar. En Él existimos, nos movemos, SOMOS. 

Sabernos agua de las olas y de las gotas, es revelación, resultado de un don, culminación de la aventura de existir. Saberse agua de ese Mar. Saberse mar, de ese Mar. Todas las gotas, contienen su reflejo, son el reflejo del Mar, su Rostro y nuestros rostros encuentran en Él, su acabamiento. Dice Jesús: "Quien beba de esta Agua, no volverá a tener sed". (Juan 4,13.14) Dejemos huellas -en este mundo tan necesitado y egoísta- de esa Presencia que late por doquier, por cada célula espiritual de nuestro ser.  Así sea. 




lunes, 2 de enero de 2023

Talleres para saber vivir ONLINE


En nuestra escuela de la felicidad, en nuestra escuela del Silencio, en nuestros Talleres para saber vivir, se aprende haciéndolo. Además con la tecnología al alcance de un celular o tablet, lo tomas desde la comodidad de tu hogar. 

 Está comprobado científicamente que estudiar o tomar talleres ONLINE, por Internet, se retiene y se aprende mucho mejor que presencial porque aprendes a tu propio ritmo. 

Los mensajes que las personas reciben, están elaborados para que lleguen al alma, a lo más recóndito del ser, por eso es que como lo hemos probado a través de 37 años de experiencia, ayudan a levantarnos de cualquier circunstancia por adversa que esta sea, cuando ponemos el corazón en ello. Dios no le falla a nadie.

Date tiempo, date la oportunidad, invierte en ti, Ámate! 



Terapia visual de pensamientos sabios 2