miércoles, 18 de abril de 2018

Piensa antes de actuar


La filosofía aplicada a la vida






En esta época tan vertiginosa en la que sólo el materialismo, el hedonismo, el individualismo etc., imperan, la filosofía podría sonar a aburrimiento, a “cosa que no sirve” o que podríamos relegarla definitivamente al olvido porque “no se entiende”, pero hacer esto o pensar esto acerca de la filosofía, sería negar nuestra propia capacidad de reflexionar en conciencia contemplativa, en sabiduría, para luego actuar de tal manera que los demás y nosotros mismos tengamos un “habitat interno” en el que todos los valores humanos y divinos fluyan según la circunstancia, según la necedidad.







¿Te imaginas cómo sería nuestro mundo, si nos permitiésemos vivir un interior lleno de silencio profundo, ese que se activa y nos envuelve de fortaleza y vitalidad cuando no enjuiciamos ni las cosas que pasan ni a nadie?







Pues bien, la filosofía, esa capacidad de la que hablamos y que también otros y otras han querido desarrollar de manera realmente maravillosa, nos será siempre útil para saber vivir mientras peregrinamos por esta tierra.






Los seres humanos pese a la alta tecnología, sigue preguntándose respecto al ¿Para qué estar en este mundo? ¿Tiene sentido seguir luchando cuando casi todo aparentemente nos dice que estamos sumergidos en un caos de valores, de amor verdadero, de humanidad?


La Filosofía es una disciplina académica en donde por 5 ó 6 años estudiamos al ser humano en todas su dimensiones: psicobioneurológicamente cuando estudiamos filosofía del arte. Es fascinante estudiar al hombre en todas sus dimensiones: cultural, político metafísico y ontológico, antropológico, ético, estético, psicológico, siociológico, pedagógico, artístico, y llegar a tener de tal forma una cosmología también del mundo, conocer el efecto de los medios masivos de comunicación sobre el pensamiento y el comportamiento humano, la filosofía de género, lo que estamos afectando al planeta, por nuestra forma de pensar, en fin, todos sus aspectos de tal manera que abre una visión tan amplia sobre todo para poder ayudarse a uno mismo primero y enseguida, ayudar a quien vaya permitiéndolo en nuestro caminar diario.







Por otra parte, la espiritualidad, la inteligencia espiritual como estilo de vida nos dirá: somos espíritus encarnados y no nos falta nada para ser felices, fraternos, seres humanos hermosos porque amamos, porque comprendemos, porque somos misericordiosos.






Y la inteligencia emocional y la neurociencia nos dirá: nuestro cerebro, todo, es una maravilla de la naturaleza (la fe dice: maravilla que Dios nos ha dado) pues sabiéndolo guiar, educar seremos seres humanos que poblan este planeta como fermentos de paz, de alegría verdadera, de buena actitud, de honestidad, de luz, de amor.





La naturaleza nos dio dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el doble de lo que hablamos. La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada. Epicteto






Diógenes, otro filósofo vivió con casi nada de bienes materiales. Vivía en un barril. Sabía que tenemos esa capacidad de vivir con casi nada y cuando la descubrimos, cada vez más comenzamos a tener menos miedo a nada. Otra frase de él dice: El insulto deshonra a quien lo hace, no a quien lo recibe.





Sócrates, el gran filósofo decía que “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.





El empuje primigenio, es decir, original que ya tenemos en nuestro neocórtex y lóbulo prefrontal (fábrica de soluciones por así decirlo) ha de llevarnos siempre a querer salir de la gran ignorancia que llevamos a cuestas, quizá por carencias de algún tipo, falta de amor en la niñez o por lo menos así lo interpretamos entonces, cuando éramos niños, pues siempre diremos que nuestros padres al igual que nosotros, no fueron a una escuela de sabiduría y quizá en medio de sus limitaciones y heridas, nos dieron la vida haya sido como haya sido, así que es tiempo hoy, aquí y ahora de tomar nosotros mismos las riendas de nuestra salud interior, y querer comenzar o continuar la limpieza de todo aquello que nos amilana, nos asusta y hacer de la gran herramienta de la filosofía aplicada ese buen tónico, esa buena medicina de cada hombre y mujer pensadores, filósofos que nos dejan su sabiduría para vivir esta vida como la vivió Jesús de Nazareth: haciendo siempre el bien a todos.






Te recomendamos la lectura del libro de Lou Marinoff:

“Más Platón y menos Prozac”


Te dejamos con un poema del religioso, filósofo, reformador de la orden de carmelitas, poeta místico del siglo XIV San Juan de la Cruz en donde nos hace consciencia sobre la necesidad de vivir desapegados siendo sólo Amor.









Para venir a gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada.
Para venir a saberlo todo,
no quieras saber algo en nada.
Para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo,
No quieras ser algo en nada.

 





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