La filosofía aplicada
a la vida
En esta época tan
vertiginosa en la que sólo el materialismo, el hedonismo, el individualismo
etc., imperan, la filosofía podría sonar a aburrimiento, a “cosa que no sirve”
o que podríamos relegarla definitivamente al olvido porque “no se entiende”, pero
hacer esto o pensar esto acerca de la filosofía, sería negar nuestra propia
capacidad de reflexionar en conciencia contemplativa, en sabiduría, para luego
actuar de tal manera que los demás y nosotros mismos tengamos un “habitat
interno” en el que todos los valores humanos y divinos fluyan según la
circunstancia, según la necedidad.
¿Te imaginas cómo sería nuestro mundo, si nos permitiésemos vivir un interior lleno de silencio profundo, ese que se activa y nos envuelve de fortaleza y vitalidad cuando no enjuiciamos ni las cosas que pasan ni a nadie?
Pues bien, la
filosofía, esa capacidad de la que hablamos y que también otros y otras han
querido desarrollar de manera realmente maravillosa, nos será siempre útil para
saber vivir mientras peregrinamos por esta tierra.
Los seres humanos
pese a la alta tecnología, sigue preguntándose respecto al ¿Para qué estar en
este mundo? ¿Tiene sentido seguir luchando cuando casi todo aparentemente nos
dice que estamos sumergidos en un caos de valores, de amor verdadero, de
humanidad?
La
Filosofía es una disciplina académica en donde por 5 ó 6 años estudiamos al ser
humano en todas su dimensiones: psicobioneurológicamente cuando estudiamos
filosofía del arte. Es fascinante estudiar al hombre en todas sus dimensiones: cultural, político metafísico y
ontológico, antropológico, ético, estético, psicológico, siociológico, pedagógico, artístico, y llegar a tener de tal forma una cosmología
también del mundo, conocer el efecto de los medios masivos de comunicación sobre el
pensamiento y el comportamiento humano, la filosofía de género, lo que estamos afectando al planeta, por nuestra forma de pensar, en fin, todos
sus aspectos de tal manera que abre una visión tan amplia sobre todo para
poder ayudarse a uno mismo primero y enseguida, ayudar a quien vaya
permitiéndolo en nuestro caminar diario.
Por otra parte, la
espiritualidad, la inteligencia espiritual como estilo de vida nos dirá: somos espíritus encarnados y no nos falta nada para
ser felices, fraternos, seres humanos hermosos porque amamos, porque
comprendemos, porque somos misericordiosos.
Y la inteligencia
emocional y la neurociencia nos dirá: nuestro cerebro, todo, es una maravilla
de la naturaleza (la fe dice: maravilla que Dios nos ha dado) pues sabiéndolo
guiar, educar seremos seres humanos que poblan este planeta como fermentos de
paz, de alegría verdadera, de buena actitud, de honestidad, de luz, de amor.
La naturaleza nos dio
dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el
doble de lo que hablamos. La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en
no desear nada. Epicteto
Diógenes, otro
filósofo vivió con casi nada de bienes materiales. Vivía en un barril. Sabía
que tenemos esa capacidad de vivir con casi nada y cuando la descubrimos, cada vez más comenzamos a tener
menos miedo a nada. Otra frase de él dice: El insulto deshonra a
quien lo hace, no a quien lo recibe.
Sócrates, el gran
filósofo decía que “La verdadera
sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.
El empuje primigenio,
es decir, original que ya tenemos en nuestro neocórtex y lóbulo prefrontal (fábrica de
soluciones por así decirlo) ha de llevarnos siempre a querer salir de la gran
ignorancia que llevamos a cuestas, quizá por carencias de algún tipo, falta de
amor en la niñez o por lo menos así lo interpretamos entonces, cuando éramos
niños, pues siempre diremos que nuestros padres al igual que nosotros, no
fueron a una escuela de sabiduría y quizá en medio de sus limitaciones y
heridas, nos dieron la vida haya sido como haya sido, así que es tiempo hoy,
aquí y ahora de tomar nosotros mismos las riendas de nuestra salud interior, y
querer comenzar o continuar la limpieza de todo aquello que nos amilana, nos
asusta y hacer de la gran herramienta de la filosofía aplicada ese buen tónico,
esa buena medicina de cada hombre y mujer pensadores, filósofos que nos dejan
su sabiduría para vivir esta vida como la vivió Jesús de Nazareth: haciendo
siempre el bien a todos.
Te recomendamos la
lectura del libro de Lou Marinoff:
“Más Platón y menos
Prozac”
Te dejamos con un
poema del religioso, filósofo, reformador de la orden de carmelitas, poeta
místico del siglo XIV San Juan de la Cruz en donde nos hace consciencia sobre
la necesidad de vivir desapegados siendo sólo Amor.
Para venir a gustarlo
todo,
no quieras tener
gusto en nada.
Para venir a saberlo
todo,
no quieras saber algo
en nada.
Para venir a poseerlo
todo,
no quieras poseer
algo en nada.
Para venir a serlo
todo,
No quieras ser algo
en nada.