HERIDA DEL RECHAZO
Continuamos este tema sobre el valor del perdón parte tres,
diciéndote que ahora que comprendes la magnitud, la importancia del daño
causado en aquél entonces en tu alma infantil y que grabó en la parte subconsciente de tu mente,
en la parte obscura, una manera de ser es decir, un patrón de conducta que con
el tiempo ha venido a multiplicarse, pareciéndote casi imposible de cambiar, de
remodelar, de hacerse nueva, de ser libre, haciéndote reaccionar duro, dura, o
como dirán algunos, algunas, implacable, indomable, incambiable, pues cuántas
veces, nos etiquetamos entre unos y otros y decimos o nos dicen:
“Eres caso perdido, ¿cambiar?, tu no vas a cambiar nunca”. Tu eres
problemático, problemática”. “Eres un enojón, una enojona”. “Eres igualito a tu
familia, a tu padre, a tu madre”” vienes de una familia problemática, de una
relación conflictiva”. “No, ni se junten con este con esta porque es esto y
esto otro”, pues ahora que conoces que has tenido la necesidad de enfrentar
situaciones que exigen de ti una actitud madura y equilibrada y sin embargo has
parecido un huracán furioso, sabes hoy
que esa manera de ser que primeramente a ti no te gusta porque en nada te ayuda
a amarte primero a ti y luego a los demás, sencillamente, es ira
reprimida, miedo y angustia de tu niño interior que se
manifiesta una y otra vez desde las profundidades de la inconsciencia, en
situaciones similares, parecidas a las de aquel ayer distante e incomprensible
para ti.
¿Sabes?. Es necesario que tomes conciencia, que no existen las
familias conflictivas, las relaciones conflictivas, las personas adultas o
jóvenes o niños conflictivos, no. Y en cambio, sí existen muchas causas,
heridas que dejan huellas, secuelas que van haciendo del ser humano un hombre,
una mujer complejo y que también causan –estas heridas- hasta enfermedades mentales como la neurosis,
la psicosis, la depresión circunstancial y enfermedades físicas como el cáncer,
la diabetes, hipoglucemia, alergias, enfermedades del estómago, depresión
suicida, miopía, histeria, enfermedades raras, incurables, enfermedades del
corazón, de los huesos, enfermedad de control del peso y de pérdida de control
etc…por mencionar sólo algunas de ellas.
Muchas personas no comprenden por qué este o este otro ser humano
no les cae bien aunque sea la primera vez que le miran en su vida. Muchas veces tu y yo, no sabemos realmente
por qué me molesto, por qué te molestas sin razón aparente ante determinadas
palabras, que alguien nos dijo, o ante actitudes de este o de aquel o
circunstancias de las vida que inconscientemente nos recuerdan los momentos más
doloroso de nuestra infancia.
Si supiéramos comprendernos….si supiéramos comprender a los demás.
Si miráramos el niño, la niña herida de cada ser humano….si nos ocupáramos en
recuperar nuestro niño, nuestra niña interior para ser sanados por el único que
conoce realmente el corazón del hombre:
Jesús, nuestro Único Salvador….
El me invita, te invita a hacerte nuevamente un niño es decir, me
invita, te invita a entrar en esa dinámica transformante de su Amor. Me invita,
te invita a dejarte hacer de nuevo, a re-comenzar el camino y para comenzar, su
Palabra nos llama hoy, aquí y ahora, a no juzgarnos entre unos y otros. Nos
invita a no etiquetarnos. Nos invita a romper la cadena del desamor, de las
críticas, de los comentarios, de las suposiciones, del respetar como santuario
sagrado, el subconsciente y el conciente de los demás, para poder entrar en el Reino inmaculado del
Perdón, de la Dulzura, de la Mansedumbre, de la Humildad, de la Paz, de la
Misericordia, de la Compasión, del verdadero Amor.
El Señor Jesús en el evangelio de Mateo 7, 1-5 nos dice a ti y a
mi hoy, lo siguiente: “En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No
juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la
medida que midan los medirán. ¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y
no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo?. ¿Con qué cara le dices a tu
hermano: Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo, cuando tú llevas una
viga en el tuyo?. ¡Hipócrita!. Sácate primero la viga que tienes en el ojo y
luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo”.
Hoy, aquí y ahora podría decirnos también: La vida es una lucha
constante, sí, pero nunca contra ninguna
persona sino contra el mal causado por la ceguera interior, causado por un
subconsciente herido. Nunca podrás llegar a ser feliz, aplastando a los demás,
humillándoles, abandonándoles, golpeándoles, abusando de ellos, jugando para
que entren en tu juego psicológico lleno de inmadurez, tejiendo una telaraña
para que caigan rendidos, rendidas a tus pies,
profanando constantemente su santuario interior y exterior, no. Sólo la
gracia te hará libre, sólo la humildad te librará, te libertará, pues quien es
humilde, acepta que él mismo, ella misma pueden equivocarse y que otros puedan
equivocarse, puedan herir porque a su vez sangran, y nadie puede dar la vida si
primero no tiene la vida en sí mismo, por eso estoy aquí, nos dice el Señor , para darte mi Vida, la vida verdadera…..
Hay cinco heridas entre tantas más que nos marcan enormemente.
Estas son, el rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la
injusticia, pero veámoslas más de cerca: El rechazo, es una herida que se marca
profundamente en la afectividad de quien la sufre, el bebé que ha sido
rechazado, seguirá experimentándose así por todos los días de su vida, a menos
que alguien lo colme de amor paciente y decimos amor paciente, porque esa
persona que brinda amor necesitará comprender que no es fácil hacer creer a
alguien que ha sido rechazado, que ahora es amado, a menos que con infinita
paciencia estimule la capacidad de confianza, de auto-valoración, pues generalmente,
una persona que ha sufrido rechazo, no se cree merecedora de amor. Por más que
le digan que es querida, mientras no sane la herida del rechazo, seguirá
respirando por ella, por medio de la inseguridad en sí mismo, en que no es
nadie, en que sería mejor, no haber nacido.
Traigamos a cuento las exclamaciones que muchas veces escuchamos
cuando hemos encontrado a mamás embarazadas: “fue el pilón, fue un descuido,
fue un colado”, “tengo mucha depresión y encima llegará este bebé” o”
simplemente, fue un accidente” o también “uno más” , luego cuando comienzas a
ir a la escuela –si es que tuviste la oportunidad- recibes frases como: eres un
chaparro, mira qué pelo más lacio, qué ojotes tienes, mira qué nariz más
grande, qué feas piernas, que posaderas más grandes, qué gordo, gorda eres, qué voz más fastidiosa
etc…. Y luego, cuando llegas a adolescente y tu forma de ser tiene todo menos
forma es decir que estás carente, adoleces
de seguridad, de sabor por la vida es decir, careces de sabiduría de vivir y cuando eres un adulto joven, cómo te hubiese
gustado tener a alguien que te amara realmente así como eres, pero a veces
entre la misma familia se escuchan frases como: es una inestable, es un
indeciso…..pero acaso, los que formulan esas sentencias, ¿serán muy maduros?,
¿conocerán lo que es el verdadero amor? ¿no hablarán así, porque proyectan sus
propias heridas?.
¿Sabes?, desde el momento en que el ser humano, el bebé comienza a
ser rechazado, comienza a crear una máscara de huida y la máscara precisamente
será para evitar sufrir el rechazo. Y esta máscara huidiza, se reconoce hasta
físicamente en el cuerpo huidizo es decir, es como si quisiera desaparecer,
como si intentara toda la vida no ocupar demasiado lugar. El que huye es aquél,
aquella que duda de su derecho a existir. Cuando estás ante alguien con un
cuerpo de condición bajita de estatura o posiblemente deforme, que habría de
producirte un gran amor, con toda certeza estás ante una persona que sufre una
gran herida de rechazo.
Llevar una máscara significa que ya no es uno mismo porque
adoptamos una actitud muy bien elaborada desde muy jóvenes, creyendo que esta
actitud nos protegerá. Cuando un niño en vías de crearse una máscara de
huidizo, porque se siente rechazado, rechazada, vivirá con más frecuencia, en
un mundo imaginario. Esta es la razón por la cual a menudo, será un niño
prudente y tranquilo –entre comillas- que no causará problemas ni hará ruido,
ya que se divierte sólo en su mundo imaginario, construyendo castillos
fantásticos.
Puede ser el clásico niño que tras saberse rechazado, le encanta
ir a la escuela, o no puede estar sin salir a la calle, porque es mejor que
estar en su casa. También está el caso del niño, cuyo cuerpo es más pequeño que
el normal y con frecuencia tiene la apariencia de ser muy frágil. La madre le
protege en exceso y el niño, la niña escucha muy seguido que es demasiado
pequeño, demasiada pequeña para esto o para aquello y lo cree, a tal punto de
que su cuerpo permanece pequeño. Para él, o ella, ser amado, se transformará
entonces, en “sentirse sofocado” y más adelante, su reacción ante quien lo ame,
consistirá en rechazar o huir porque se sentirá asfixiado.
El niño sobreprotegido se percibe a sí mismo rechazado porque no
se siente aceptado por lo que es y para tratar de compensar su pequeñez, los
demás suelen intentar hacer y pensar todo por él y en lugar de sentirse amado,
amada en estas circunstancias, se siente rechazado de sus capacidades.
Si tu que escuchas, eres padre o madre de familia, medita en esto
que vas a escuchar. La madre, tiene la misión de enseñarnos a amar, a amarnos,
tiene la misión de darnos amor y el padre, nos enseña a dejarnos amar y a
recibir amor…..será esto una realidad en mi…..en ti….?
Cuando se es pequeño y alguno de los dos padres nos ha herido,
entonces al no aceptar sea a papá o a mamá quien haya contribuido a causar la
herida, , es normal tomar la decisión de no tomarle como modelo y entonces se
buscarán reemplazos: buscará a otros a otras en los y en las que creerá
encontrar lo que nunca encontró en su padre, en su madre…..y posiblemente lo
haga de manera equivocada y con una visión distorsionada.
Piensa si tu has sido herido, herida pot rechazo. Una persona que
de pequeña fue rechazada, se considera sin valor y por eso dirá: Yo no valgo
nada; los demás son más interesantes que yo”. La persona huidiza, por lo
general tiene pocos amigos en la escuela, al igual que le sucederá más adelante
en su empleo. Se le tiene por solitaria y se le deja sola. De esta forma, se
coloca su máscara de huidiza para no sufrir cuando se siente rechazada y se
aleja de la gente a tal grado que se vuelve imperceptible. Cada vez que se
encuentra más solo y también cada vez se da a sí mismo más motivos para
sentirse rechazada.
Hay personas que llevan en su subconsciente grabada la herida del
rechazo a tal grado, de que se las arreglan para hablar poco. Si decide hablar
mucho, lo hará para intentar infundirse valor y sus palabras parecerán
altaneras ante los demás. La persona que de pequeña ha sido rechazada, es la
más propensa a odiar, pero tu que escuchas este mensaje, ya sabes que gracias a
Jesús tu único Salvador, es posible amar, es posible, perdonar, es posible ser
una nueva criatura, es posible vivir en paz.
La persona que sufre rechazo, busca sin cesar el amor del
progenitor del mismo sexo y en ocasiones, transfiere su búsqueda hacia otras
personas del mismo sexo también. Este ser humano que recibió la herida del
rechazo, no se percibe, no se experimenta, no se mira como un individuo
completo, porque no ha conquistado el amor del progenitor del cual recibió la
herida y es muy sensible al mínimo comentario que venga de él es decir, que se
siente fácilmente rechazado.
De ahí que existan muchas personas rencorosas, y algunas lleguen
hasta el odio, porque su sufrimiento es verdaderamente intenso. Por eso, un
gran amor que se vive con desilusión, se transforma en odio. Cuando se pasa de
una fase de gran amor hacia otra de gran odio, está indicando un enorme
sufrimiento interior.
El hijo o la hija del progenitor del sexo opuesto, tiende a
rechazarlo y por ello limita sus actos o sus palabras hacia él, hacia ella
según sea el caso. Si vive una experiencia de rechazo con el progenitor sea el
padre o la madre o con cualquier otra persona del sexo opuesto, se acusa a sí mismo
de esta situación y se rechaza, diciéndose que es su culpa, que el otro, o la
otra le haya rechazado.
Si tu que escuchas, sabes en tu interior que has recibido la
herida de rechazo, será muy importante aceptarla desde la fe, abrazándote a
Jesús, entregándosela una y otra vez, y
dejando que Él sane y te cure todo tu sufrimiento aún si actualmente, tu padre
o tu madre te rechaza, porque si continúas rechazándote a ti mismo, a ti misma,
mayor temor, mayor miedo seguirás engendrando y tendrás de que te rechacen los
demás porque constantemente te dices a ti mismo: es que no valgo nada.
Una persona herida por rechazo, con frecuencia se compara con
quienes son mejores que ella y prefiere no darse cuenta de que puede ser mejor
que cualquiera en muchos campos e incluso le es difícil creer que alguien más
pueda elegirlo como amigo, como pareja, que las personas realmente puedan
amarle y cree imposible que Dios, le ame sin condenarle. De hecho, cuando es
elegido, no puede creer y se rechaza a sí mismo.
Una persona que venía de una familia en donde había varios hijos
decía que su padre, nunca lo escogía para nada, y por ello deducía enseguida
que los demás eran mejores que él, así que no era nada raro que él pensara que
sus palabras y sus acciones, carecían de valor. De hecho, cuando recibe
demasiada atención, pierde la cabeza y teme ocupar demasiado lugar. Si ocupa
mucho lugar, cree que molesta y ser molesta significa para él, ser rechazado
por la o las personas a quienes molesta o cree molestar. Aún en el vientre de
su madre, el bebé rechazado, ocupa muy poco lugar.
Cuando una persona que ha sido rechazada, está hablando ante
alguien y este le quita la palabra, su reacción inmediata es pensar que
esto sucedió porque no es importante lo
que dice y así, deja de hablar, así, sin más. A una persona herida por
rechazo, le cuesta expresar su opinión
cuando no es solicitada porque considera que los demás se sentirán confrontados
con sus juicios y por tanto, lo rechazarán. Si desea pedir algo, a alguien y
esa persona está ocupada, lo dejará así y no dirá nada. Sabe lo que quiere,
pero no se atreve a exigir pues cree que no es lo suficientemente importante
como para molestar a los demás. Cuántas personas al pedir algo lo hacen entre
dientes y al no escucharles y preguntarles qué dijiste responden ¡Nada!,
olvídalo!.
Hay adolescentes que
dejaron de confiar en sus madres, por temor a no ser comprendidas porque creen
que ser entendidos por los demás es lo mismo que ser amados, pero se puede
entender una situación y no amar al que está pasando por aquello, en cambio,
amar es aceptar al otro así como es, tal cual, , aún cuando no se entienda,
aunque no se comprenda exactamente el por qué de sus reacciones, el por qué de
su manera de ser. Pues a causa de esta forma de pensar, algunos adolescentes se
vuelven evasivos cuando hablan, intentan huir del tema al mismo tiempo que
temen comenzar otro. Si el que huye es un varón, vivirá la misma situación con
su padre y con otros hombres..
Otra característica de la persona que ha sido rechazada, es la de
buscar la perfección en todo lo que hace, ya que cree inconscientemente, que si
comete algún error, será juzgado por ello, pues para ella ser juzgada, es ser
rechazada. Como no cree en la perfección de su ser, lo compensa intentando
alcanzar la perfección en todo lo que hace. Por desgracia confunde el “ser” con
el “hacer”. De hecho, su búsqueda de la perfección puede llegar a volverse una
obsesión. Deseará a tal punto “hacer” todo a la perfección que cualquier
trabajo o tarea le tomará más tiempo del necesario y de este modo atraerá hacia
sí, otras situaciones de rechazo por parte de los demás.
Los fetos rechazados, abandonados, aún en el vientre de su madre,
siempre intentarán ocultarse, de ahí que en algunos ultrasonidos la respuesta
sea esa, querer desaparecer. Una persona abandonada, rechazada, se paraliza
inconscientemente ante situaciones similares o ante personas de su mismo sexo
sobre todo ante aquellas que le recuerdan a su padre o su madre que causó la
herida. Su lenguaje es parecido a este: “Me da pánico dejar de fumar” –por
ejemplo- pues la persona que no tiene esa herida, simplemente diría que le será
difícil dejar de fumar.
¿Sabías que nuestro subconsciente hace todo lo posible para que no
percibamos nuestras heridas?, y ¿sabes por qué?, porque inconscientemente le
hemos ordenado que así lo haga. Es tal nuestro miedo a revivir el dolor
asociado a cada herida como veremos en los casetes siguientes, que por
cualquier medio, evitamos confesarnos a nosotros mismos que si vivimos el rechazo,
es precisamente porque nosotros mismos nos rechazamos.
Escucha esto muy bien, para que puedas comenzar a amarte
profundamente y no continúes rechazándote más: Quienes nos rechazan, están en
nuestra vida para mostrarnos hasta qué grado nos seguimos rechazando a nosotros
mismos, en lugar de tomar el toro por los cuernos es decir, en lugar de darnos
un toque de atención, en lugar de despertar del sueño del subconsciente y con
el poder del Señor Dios, con la gracia del infinito amor que nos ha tenido el Padre,
con la sangre sanadora de Nuestro Señor Jesucristo, reconocer que somos, que
soy, que eres, digno, digna de un gran amor y que tu que escuchas, eres el primero, la primera que tiene qué dártelo
porque ya desde toda la eternidad, antes de que fueras creado, creada, tu ser
ha sido acogido y bañado por el amor de Dios.
También será importante que sepas que las heridas de la vida,
afectan la manera en que nos alimentamos. El ser humano alimenta su cuerpo
físico de la misma forma que lo hace con su interior. Generalmente el que huye
porque fue rechazado, prefiere porciones pequeñas y por lo general pierde el
apetito cuando siente temor o cuando vive emociones intensas. De hecho quien ha
sido rechazado, es quien más predisposición tiene a sufrir anorexia. Una
persona anoréxica es aquél, aquella que casi no se alimenta, porque se
considera obeso, gordo, cuando en realidad es delgado, delgada, pero es una
manera de intentar desaparecer. Cuando por el contrario, come sin medirse,
significa que está intentando huir mediante la comida. También eligen huir a
través del alcohol el cigarro o la droga.
Las heridas, nos impiden pues, ser nosotros mismos, unos seres
humanos hermosos, creados para la bondad, la belleza en la sencillez, en la
simplicidad de vida, creados para la paz, la solidaridad y el amor. Así que
estas heridas acaban por crear un bloqueo y nos provocan enfermedades y
malestares específicos según es nuestra actitud interior por ejemplo, se sufre
de diarreas frecuentes, porque su cuerpo rechaza los alimentos antes de que los
pudiera asimilar adecuadamente de la misma manera que se rechaza a sí mismo o
rechaza rápidamente cualquier situación que pudiera beneficiarle.
Algunas personas padecen arritmias que es una irregularidad en la
frecuencia o pulso cardíaco. Cuando su corazón comienza a latir a un ritmo
desmedido, tiene la impresión de que se le sale del pecho, que desea escapar.
Esta es otra forma de querer huir de una situación difícil.
Mencionamos anteriormente que la herida de rechazo produce tanto
daño, que resulta del todo normal que el huidizo, odie a su progenitor del
mismo sexo y lo acuse de haberle hecho sufrir durante su infancia. Estas
personas pueden sufrir enfermedades que se relacionan con el rencor o el odio
como el cáncer, después del dolor que ha experimentado en el abandono o
aislamiento. Pero, cuando una persona logra admitir que siente resentimiento
hacia su padre o su madre, y desea de corazón transformar todo ese odio en
amor, en perdón, en capacidad de comprensión, en dulzura, en misericordia, en
amor, será liberado el dolor y podrá comenzar un proceso de sanación integral.
Hay personas marcadas con le herida del rechazo que llegan a
decir, que en su vida no pasa nada, que todo está bien, que su familia está
integrada por personas en las que nunca ha habido ningún conflicto….¿sabes?,
estas personas están huyendo, porque no desean reconocer que guardan
resentimiento, porque admitir su rencor, equivaldría a admitir que son personas
heridas a su vez, también, víctimas
hijos de víctimas.
Un pequeño rechazado, no se da el derecho a ser niño. Madura
rápidamente, creyendo que así se le rechazará menos. Es por eso que su cuerpo o
una parte de él sea infantil. El cáncer indica que no se permitió a si mismo,
sufrir cuando era niño. Hay otros males como los problemas respiratorios sobre
todo, cuando sienten pánico. Es propenso a las alergias, las cuales reflejan el
rechazo que vive asociado a algunos alimentos o sustancias, al polvo, al sol,
etc. También puede recurrir al vómito para eliminar los alimentos que acaba de
ingerir con el objeto de indicar su rechazo hacia una persona o una situación
determinada. Hemos escuchado expresarse a dos o tres jóvenes así: “Deseaba
vomitar a mi madre o a mi padre. Otra forma
de vomitar a una persona o a alguna situación es decir: “Me repugnas” o “cómo
me repugna eso”.
La persona rechazada, sufre desvanecimiento o desmayo –en
ocasiones- por medio del cual se vale para huir de una situación o de una
persona. En casos más serios, utiliza el estado de coma para huir. Puede sufrir
agorafobia es decir que altera su comportamiento para huir de determinadas
personas o situaciones que le podrían producir pánico. La agorafobia es un
temor enfermizo hacia los espacios libres y a los lugares públicos y es entre
las fobias, la más difundida. Las mujeres son dos veces más sensibles a ella
que los varones. Muchos varones ocultan se agorafobia en el alcohol, prefieren
transformarse en alcohólicos, antes que confesar que tienen un gran temor
incontrolable. El agorafóbico suele quejarse de vivir en la ansiedad y sobre
todo en la angustia, al punto de sentir pánico. La mayoría de los agorafóbicos
sufre de hipoglucemia. En la continuación de este tema, hablaremos más de esto.
Si la persona rechazada, abusa del azúcar, puede ser objeto de
enfermedades del páncreas como la diabetes y la ya mencionada hipoglucemia o
baja de azúcar.
Si desarrolla odio intenso hacia uno de sus padres, a causa del
dolor provocado por el rechazo que ha vivido y todavía vive, y cree que ha llegado al límite, es posible
que se vuelva depresivo o maniaco depresivo. Si piensa en el suicidio, no
hablará de él y si decide consumarlo, hará todo lo posible por no fracasr.
Aquellos que hablan con frecuencia de suicidarse y lo logran, son más bien los
que sufren de abandono. De esto hablaremos en el mensaje siguiente.
Por último, el huidizo que de joven tuvo dificultades para
reconocerse como un ser humano dotado de todas las capacidades para ser feliz,
para saberse realizado y pleno, intentará ser como cualquier otro y se perderá
en la personalidad de quienes admira pasando frecuentemente de uno a otro
modelo. El peligro de este comportamiento extremo es que más adelante puede
transformarse en psicosis, ese trastorno
mental caracterizado por la pérdida de la realidad; afecta a los jóvenes adultos –aunque puede
también afectar a cualquiera- y es
bastante común.
Toda esta información, te la decimos -no para que te sugestiones
sino que simplemente reconozcas qué es lo que puede estar originando tu manera
de ser, tus males incluso físicos o psicológicos, para que reconociéndolos, te
entregues de una vez por todas a Jesucristo, tu único Dios y Salvador.
Si has reconocido en ti la herida del rechazo, es seguro que tu
progenitor de tu mismo sexo, a su vez, o los dos, se hayan sentido rechazados
por su propio progenitor del mismo sexo o por los dos. Además es muy posible que él o ella, sienta
tu rechazo o se haya sentido rechazado por ti, de ahí sus reacciones agresivas
hacia ti.
Ya para terminar, déjanos decirte que, ahora conciente de todo
esto, ya sabes que cuando reproches a los demás su manera de rechazarte,
estarás reprochándote a ti mismo, a ti misma, la manera de cómo te rechazas a
ti mismo, a ti misma y cómo rechazas a los demás.
Es muy importante que reconozcas
y aceptes -para que pongas a
trabajar tu fe- que el origen de cualquier herida está en el no ser concientes
de provocarla y el motivo de no ser sanada está
en el no querer perdonar. Así que puedes comenzar por tomar todo el
capítulo 9 del Evangelio de Juan. Mira
como Jesús mismo quiere que desterremos de nosotros eso de echarle la culpa a
otros de cómo estamos actualmente. De hoy en adelante, ten siempre muy
presente, a diario y a cada momento que si el mundo sufre, si hay malos
gobiernos, si la corrupción se extiende, si hay niños y jóvenes limpiando
parabrisas e ingiriendo droga, si hay gritos, violencia y depresión, no es por
ninguna culpa, sino por alguna causa.
Señor, regálame la gracia de saber amar como tu nos amas, como tu
me amas. Amén.
En una actitud orante, bien sentado, sentada, con tus brazos y
manos reposados sobre tus piernas, con tus palmas hacia abajo o hacia arriba o
entre lazadas, tus pies bien puestos en el piso si puedes, tu cabeza recta y
cerrando tus ojos, respira suave, profundo y lento……experiméntate un ser humano
vivo, un ser humano que tiene en su corazón, el secreto de la felicidad……porque
su corazón está habitado por esa Presencia que todo lo sana, Presencia que
transforma al corazón más seco por la falta de amor, en un manantial de agua viva…..y dile desde
la fe adulta:
Señor, tu conoces lo más escondido de mi….tu que me sondeas, sabes
cuando me siento o me levanto y penetras mis pensamientos, distingues mi camino
y mi descanso, tu que cuando no ha llegado la palabra a mi lengua ya Señor sabrás lo que
pronunciaré…..estréchame en tu regazo y cúbreme con tu palma……Dios mío, tu
sabes que he sido rechazado, rechazada –a lo mejor inconscientemente – pero al
fin, rechazado, rechazada…
Hoy, aquí y ahora, ante tu Presencia amorosa, no quiero huir
más….no quiero escapar más de mi, de ti, de los demás…..porque aún en mis
tinieblas y en las tinieblas de los demás, tu luz es más fuerte que la
oscuridad porque ni la tiniebla es oscura para ti, y la noche es clara como el
día.
Señor, por tu infinita misericordia, sana esta necesidad de ser
aceptado, aceptada, infinitamente amado, amada….no quiero seguir utilizando
máscaras para huir….hoy, aquí y ahora, acepto que algún día una ó dos ó 10 mil veces he sido rechazado, rechazada por alguno
de mis padres o por los dos, o por algunas personas pero sobre todo, por mi
mismo, por mi misma. Incluso, me he llegado a sentir alguna vez, rechazado,
rechazada por ti, pero hoy se, que TU ME AMAS DESDE TODA LA ETERNIDAD y me has
escogido portentosamente, porque son admirables tus obras y yo, soy obra tuya,
por eso, soy inmensamente grande, rico, rica, hermoso, hermosa. Se que me has
regalado la misión de amar y desde hoy quiero realizarla…quiero ser para Ti
Señor…..quiero ser amor.
Se que desde toda la eternidad me has amado, me amas y me amarás
por los siglos de los siglos. Abrázame……infúndeme esa certeza de que los
rechazos que he recibido en mi vida desde que fui engendrado, engendrada,
fueron causados por la inconciencia de mis padres, por alguna causa, pero nunca
por haberme querido hacer algún mal concientemente, intencionalmente.
Dame la gracia de aceptar con paz, que ellos a su vez, también
fueron heridos y así, la cadena siguió y siguió a su vez con sus padres y con
los padres de sus padres……pero hoy, aquí y ahora, deseo, necesito abrazarme con
infinito amor, con infinita aceptación, como también necesito y deseo
abrazarles a ellos, mis padres……..para expresarles que no les rechazo más, que
los entiendo, que me solidarizo, que los amo. Que los amo con tu amor y que los
perdono con tu perdón….
(Y tú que escuchas, si tus padres ya no viven, trae su recuerdo
santo y mírales pequeñitos, indefensos también, rechazados. Hoy estás aquí para
ofrecerles ese amor que también les faltó, para darles esa aceptación
incondicional. Abrázales, ámales como el Señor te ama a ti) (Mus)
También Jesús necesito aceptar y amar con tu amor y perdonar con
tu perdón, a todas a aquellas personas que me han rechazado por estar dormidas
en el sueño de la irrealidad, encarceladas en el mundo de las heridas. Hoy, con
tu sangre preciosa, desátalas de sus heridas, sánales Jesús, como lo estás
haciendo conmigo….Les amo con tu perdón, les perdono con tu perdón, les acojo
con tu inmensa ternura, Jesús……(Mira a aquellas personas o a aquella persona
que crees que te ha rechazado más y mira como Jesús la estrecha entre sus
brazos y la baña de su amor sanador…mírate tu abrazándole….haciendo juntamente
con Jesús, que la llaga de su corazón herido, sea transformada en paz.
Ahora Jesús, a mi mismo, a
mi misma, desde tu amor que lo sana todo y lo plenifica todo, me amo con tu
amor. Me perdono con tu perdón…me acepto incondicionalmente. Abracémonos Jesús,
tu y yo, fuerte…. nunca más, nada ni nadie pueda romper este abrazo lleno de
verdadero amor…… porque ahora soy conciente de quién soy y para qué estoy en
este mundo. Gracias Jesús, por todo lo que estás haciendo en mi vida. Gracias
Jesús….Jesús….Jesús….