ACEPTA
EL RETO DE AMAR SIN CONDICIONES
Un
solo instante de amor borra multitud de faltas del pasado, nos cura el corazón,
nos transforma, nos hace más auténticos, nos hace vibrar y tener una mirada
profunda de la vida, una alegría interior que surge a través de los tiempos de
práctica haciendo que uno se sienta en paz, y nos llama hacia la sabiduría
interior. No seamos como el que va al médico o al gimnasio o al restaurante:
“Yo consumo” y a ver qué se me da a cambio. Mientras esté uno en esa dinámica,
estará perdido dando vueltas a la noria. “Negociamos el amor”. A ver qué
beneficios tengo…yo, yo, yo. ¡Amar es despertar! Orar, buscar la Palabra, hacer
el bien, estar a solas y sentarse para orar practicar el amor. Orar y amar es
despertar a la vida al estilo de Jesús. Nacer y morir, proceso en el cual has
de abrirte sin negar la realidad, sin quedarte en la neurósis, contraponiéndolo
con la vivencia, nacer y morir, momento en el que integras y miras desde la
aceptación, desde la superación del ego, del yo. Somos amor y nos impedimos el
amor incondicional. Hemos de cultivar un amor sin límites hacia todos los
seres. Hacer parir lo que ya hay en uno: amor. Esta es la compasión al estilo
de Jesús: “Lo que a mí me hagas, hazlo a todos los seres”. Amor no
condicionado. Se es espiritual cuando se es profundamente compasivo, generoso,
sin esperar que te amen, simplemente porque si. Si no estamos en ello, si hay
barreras para que ese gran amante sea una realidad es decir amor, es que hay
algo que está fallando en nuestro corazón. El olvido de uno mismo lleva al amor
con toda la creación. A eso nos llama Jesús: a ser uno en el Amor.
Mi
tarea será conocer, sentir y comprender el mundo, las emociones, a los demás,
desde una perspectiva de fe adulta, al estilo de Jesús de Nazaret y no desde la
pulsionalidad de lo primero que se me pone en frente. No negando, sino
asumiendo, encausando, transformando, haciendo un vaciamiento, POBREZA
ESPIRITUAL, DEPENDENCIA TOTAL EN Dios y puesta en práctica de todos los dones
que ya tengo, vivencia interior y práctica. Cuando aprendemos a conducir,
necesitamos controlar todos los movimientos de manos y pies. Cualquier paso
está calculado y debe ser preciso. Más tarde cuando ya hemos incorporado la enseñanza,
brota la espontaneidad de movimientos que precisamente convierten la conducción
en una acción espontánea que tiende a ser pura maestría. Al caminar, solo
caminar, al estar sentado sólo siéntate, al comer come y, sobre todo, no
vaciles”. Mi tarea es pues, soltarme, liberarme de la atadura a las
suposiciones y prejuicios que condicionan nuestra mente ordinaria. Observa la
vida directamente con la plena espontaneidad original. ¿Cómo se puede vivir
cada instante lo NUEVO si nuestra “gafa de ver y sentir” está inconscientemente
condicionada por memorias y proyecciones? ¿Cómo es posible vivir la sorpresa
que cada momento trae si no nos hemos previamente liberado de las memorias los
conceptos encadenados a cada percepción? ¿cómo se puede experimentar el sí
mismo con la frescura del “niño consciente” abierto al momento presente? El sí
mismo no es lo mismo que el ego individual o la persona con la que
habitualmente vivimos identificados creyendo que somos; la experiencia del ser
en Dios es una experiencia profunda y total sobre todo en el silencio del
corazón, amando incondicionalmente. En realidad, para que se produzca la
liberación, el ego o persona que tiene nombre y que nace y que muere, se ve
obligado a ceder espacio a una Conciencia de AMOR A TODO SER VIVO, que esté en
comunión con la realidad de todas las cosas existentes. Despertar al amor. SER
COMO Jesús que nada quiere, ni sabe ni tiene. ¿Qué le puede turbar? Ser seres
individuales que no esté reprimidos para poder abrirnos a una comunidad mundial
para acogerá bendecirla, comprenderla, amarla. ACEPTAR EL RETO DE AMAR.
“La vida es lo que está sucediendo
ahora, cuando tú generalmente estás ocupado haciendo “otros planes”. La vida es
como el agua, si quieres controlar su flujo y aferrarte a lo que te ha dolido
te cansarás, pero si sueltas, entonces se llevará tu tristeza y quedará sólo
paz interior, claridad”. Jesús nos enseñó a vivir en atención plena sólo al día
de hoy, sólo a cada instante!! Sólo así se encuentra el camino y esta pedagogía
divina es de lo más sencilla. Vivir atentos, despiertos es todo lo que hay que
enseñar y aprender. Los prejuicios, el propio orgullo es la verdadera barrera
que nos impide ser nadie y nada, lo único que nos impide reposar en Dios, vivir
en el amor. Ser nadie y nada al estilo de Jesús nos hace libres, ligeros de
equipaje, nos hace AMOR SIN CONDICIONES. Por ello haz de esforzarte a estar
presente perseverando en “la noche” aunque sientas esto o lo otro, viviendo
desde el corazón de Jesús, respirando desde el corazón de Jesús que totalmente
siempre cambiará tu perspectiva. No abandones el sentarte tranquilamente en
completa quietud, inhalando, exhalando, permitiéndote ser en Dios. Recuerda que
la postura que tomes, ha de ser una postura despierta para cultivar la atención
disciplinada pero al mismo tiempo relajada y serena. Será quedarte en fe
adulta, perseverando en el amor que no piensa sino que ama. No digas “esto no
es para mí” “es muy difícil”. ¡¡No huyas!! Sólo necesitas perseverar, y
perseverar, y perseverar, y perseverar….Te repito que sentirás de todo pero tú
consciencia y la fe adulta, ha de estar anclada al Amor Inmenso del Padre y de
Jesús. Nada más. Mírate: Eres respiración, ¡vida!…..inspiras, exhalas….amas…y
esto es algo que surge cuando te quedas quieto/a. Tampoco se trata de mantener
la mente “en blanco” sino que se trata de que tu atención no de desvíe ni se
disperse entre el montón de pensamientos, emociones, imaginaciones sino que se
quede en el aquí, en el ahora y así, toda tu vida. Los pensamientos y
sensaciones surgirán pero tú, persevera soltando, sin identificarte con ello
como la montaña que se asienta firme en el suelo mientras las nubes y los
pájaros pasan o se posan en ella. Eres esa montaña que anhela cada vez
desaparecer para que sólo quede Él (Dios). Nunca dañes a nadie. Controla la
furia mediante el amor. Sábete nada y nadie. Te basta su Gracia!!!
Todo
lo que pienso, miro, hablo y hago, ha de ser en amor y por amor pues de otra
forma todo me frustrará, me limitará, me hará portarme infantil, grosero, me
hará mezquino/a, egoísta. El amor no se enoja nunca más: y no se enoja más
porque comprende, y quien sabe de qué barro estamos hechos, quien conoce y
comprende el cerebro, la falta o poca sabiduría desarrollada en sí y en
otros….no puede enojarse más. ¡Sólo un necio, una necia seguiría haciéndolo!
Soltar,
desprenderse, desligarse de la propia tontería y de la tontería ajena, pero
sobre todo, de la propia, pues recordemos que no son los demás lo que “nos
hacen la vida” sino nuestra manera de interpretarlos a ellos y a las
circunstancias. No lo olvides: El amor perdona: todo!