Dice Padre Ignacio Larrañaga en la meditación a la pasión de Jesús de Nazareth, que Jesús vivía en tal amor incondicional, era el mismo amor incondicional, y expresa que Jesús era la nada!!! Y a un pobre de espíritu, a un Anawin, es decir al que no quiere nada, ni nada quiere tener, qué le puede turbar!!!! Era libre porque no tenía apegos, porque vivía en la Verdad, era la misma Verdad!!
Hoy queremos hablar de esos tres puntos. En primer lugar decimos que un hombre, una mujer pobre es aquel, aquella, que no se apega a nada, que todo lo vive en gran libertad interior, al estilo de Jesús.
El hombre, la mujer que quiere
ser verdaderamente pobre de espíritu, ha de mantenerse vacío, vacía de egoísmo, de su
voluntad creada como hacía cuando él, ella "todavía no era".
Estamos en este tema "Desde
el yo racional hasta la pobreza de espíritu". Los seres humanos precisamos
depredar: matar para vivir. percibimos y sentimos el mundo como nuestro lugar
de "caza". Y generamos la conciencia egóica, el yo egoísta: todo en
función de mi y para lo que considero "mío". "Conozco" lo
que "soy" en un entorno de destrucción mutua, Vivo, me muevo y soy en
egoísmo camuflado. la consciencia la hemos seguido domesticado, aminorado
y pese a los frutos que no son precisamente amor incondicional, seguimos!!!
No hemos "matado" el egoísmo, ni educado la impulsividad
(también se mata con la boca, con los rechazos etc....) Nos movemos desde
la compulsión, la viceralidad, los impulsos el querer tener para la
sobrevivencia. Nada nos ha cambiado.
Vivir depredando subsistir
matando. Somos depredadores culturales. y además maniqueos: Nos movemos en la
jerarquización de "buenos" y "malos" sin comprender que más
que buenos y malos somos o sabios o necios, o sanos de heridas o heridos.....
Y nos entristecemos hasta morir
por lo que sucede, por lo que el otro o la otra en su depredación hace. Y
negar la condición de depredación ya implícita en nuestro cerebro reptil o
rebelarse ante ello que sería negar mi propia condición o caer en el vacío sin
sentido, que sería caer en neurosis.
Conocer, percibir y sentir no es
la única posibilidad. Si queremos ser nada, saber nada, querer nada al estilo
de Jesús y Juan de la Cruz, habríamos de darnos un toque de atención y darnos
cuenta que gracias a Jesús sabemos que no somos ya una comunidad mundial de
cazadores sino que tenemos la posibilidad de ser al estilo de Dios: GRATUIDAD.
Jesús vivió sin ningún beneficio
para sí. Fue el testigo desinteresado. Así cada uno de nosotros: ser testigos
del amor desinteresado.
Pasamos la vida quizá haciendo el
"menor daño posible" pero al fin, haciendo daño, pues pensamos que es
con nuestras fuerzas, con nuestros propósitos de enmienda que cambiaremos y
noooooooó!!!
Simplemente se trata de SER. SER
AMOR SIN CONDICIONES. Se trata de ser gratuidad como Jesús. Quien se retira en
silencio y soledad para esto.....y lo otro....y alcanzar paz....y ser
mejor.....y pedir por.....pero no tiene consciencia de dejarse amar,
simplemente dejarse amar......y amar al estilo de Dios, entonces es un buscador, buscadora de propósitos, de apoyarse
en sí mismo/a, en sus planes y no en la más maravillosa voluntad de Dios que es
que seamos AMOR SIN CONDICIONES AL ESTILO DE JESÚS.
Qué disimulo tan sutil he hecho
con mi capacidad de depredación: nos sentimos ángeles cuando hacemos algo
"bien" según nuestros criterios....andamos en falsa humildad y hasta
llevamos caretas, personajes que acomodamos muy bien hacia donde nos conviene.
Se trata de ser testigos
desinteresados. TESTIGOS DEL AMOR DE DIOS POR CADA SER VIVO. Y para ello hemos
de tratar de comprender no con la mente sino con el corazón, pues los
pensamientos de Dios no son como los nuestros. Ni sus caminos como los
nuestros. Y como María, se trata de desaparecer, de ser NADA NI NADIE. Vidrio transparente. No
querer nada, no desear nada, porque dice Juan de la Cruz que todo esto
entorpece el ser y oscurecen la luz que ya Dios nos dio cuando "nos pensó
desde toda la eternidad" dice el profeta Isaías.
Ser. Ser luz vibrante. Calor
divino y humano. No dejaremos de ser depredadores, pero podemos ser luz dejando
eso sí, de pensar maniqueamente: los que ya no pensamos nada “malo”, los que ya
no hacemos nada “malo”.
Se trata de ser como Jesús de Nazareth. Nada más. Se
trata de un proceso de integración, como el carpintero con un trozo de madera,
lo trabaja hasta convertirlo en esa obre maravillosa, así nosotros cultivando y
cuidando nuestro yo cuando salimos a la vida de las Manos del Padre (ese yo que
éramos antes de ser contaminados, bombardeados por la depredación de una
cultura, de la educación o no educación, de creencias o paradigmas inadecuados
y que nos han llevado a neurosis o psicopatías, tanta esquizofrenia, por tanta represión).
No se trata de anular el ego
porque esto causará neurosis. Sino ver la propia historia personal y
comunitaria mundialmente, comprender que todos llevamos el mismo cerebro aunque
cada uno es único por sus propias experiencias o por el ADN específico etc.…
Hoy comprendemos que nuestra
propia historia personal, nuestros pensamientos, sentimientos, emociones son un
instrumento útil para ser luz, para ser gratuidad.
Pregúntate. ¿Con qué te
identificas ahora mismo: con tu yo depredador (egoísmo, soberbia, ira, orgullo,
mentira, doble vida, etc.) o con ese yo lleno de luz, de gratuidad, de amor
incondicional porque es el yo original, el que es a imagen y semejanza de Dios?
¿Qué te falta por trabajar? ¿Qué
necesitas quitar? ¿Desapegarte? ¿Amar sin condiciones? ¿Con tu ser capaz de GRATUIDAD?
La depredación es la cárcel. Amar
al estilo de Jesús, es la libertad verdadera.
Los deseos, apegos, quereres por
más sublimes que sean, luego de un tiempo y con el trato con los demás vemos
que son infantilismo, caretas, personajes que nos vamos inventando. Necesitamos
dar el paso a un conocer y sentir NO EGOÍSTA. Ser testigos imparciales como Jesús
que no enjuició a NADIE. Que amó hasta el extremo.
Entonces, ¿cuál es mi tarea
espiritual? Avanzar en conocer, sentir y comprender no desde mis pulsiones,
desde lo primero que pienso o siento, ni desde la represión o negación pues
seguramente seré neurótico, neurótica con peligro de desarrollar psicopatías,
sino ir a la NADA, al vaciamiento es decir SER AMOR INCONDICIONAL.
No pensar en represión ni como
algo malvado de un ser humano, ni de la existencia. No caer en el maniqueísmo de
bueno o malo, sino ser como Jesús que comprendió, sintió y conoció el cerebro
humano, su reptibilidad, sus heridas sin sanar, su necedad y por eso se
entregó, nos enseñó a ser.
Vaciamiento para alcanzar la
pobreza de espíritu, el desprendimiento y decir con todo el ser al Padre
Celestial en un inmenso, infinito acto de abandono, del que depende: “Yo no se
nada Padre mío, solamente se que me amas, entonces quedo en silencio y haz de
mi lo que quieras, porque tú me amas, porque tú eres mi Padre”.
Bienaventurados los pobres, los
desprendidos, los desapegados, los que no buscan lo suyo, los que no se
inventan personajes, ni camuflean nada, ni recriminan nada, ni enjuician nada.
Los que no tienen intereses sino en GENEROSIDAD.
No olvidamos que la depredación
la demostramos cuando decimos: Yo quiero, yo necesito, yo tengo.
¿Y los penitentes? Rechazan su
cuerpo, el mundo, negando su carácter depredador intentan resolver la propia
insuficiencia. Y la negación de esto, es un grave problema pues una vez más
diremos: genera neurósis, psicósis. Resolver todo esto desde la represión, constantemente
castigándose. Noooooó. Sino ACEPTAR lo que somos. Y simplemente ser como Jesús
que ni se flageló ni despreció la condición humana.
¿Cómo he de ser yo, cuando
todavía no era? Cuando todavía no era es decir, cuando el Padre desde toda la
eternidad me hizo para Él. Y su plan para mi era de amor y es de amor y me hizo
amor incondicional. Así he de ser yo.
¿Qué hacemos cuando estamos en
silencio, sentados en oración, en meditación que por cierto no es pensar mucho
sino amar? No anulamos ni el cuerpo, ni emociones, ni sentimientos. Se trata de
no identificarse con ese flujo emocional, mental, físico y entonces, de pronto,
conectamos con el Amor. Y entramos en contacto con el ser que siempre hemos
sido y que ha sido tapado, escondido por lo que hemos ido haciendo en nuestra
vida, por la cultura, la educación o por nosotros mismos. Así que vivir desde
la no identificación sin querer nada de ese o este momento. De otra forma,
querer “alcanzar la paz”, “que no me duela esto” “que no suceda aquello” será
estar jugando con personajes que nosotros mismos nos inventamos y volvemos al
yo lleno de EGO.
ENTRAR EN LA DINÁMICA DEL
ABANDONO. He ahí el camino sin caminar. Proceso sin buscar “ser buenesitos” o “cumplir
la voluntad de Dios” pues cuando la voluntad de Dios es que ame a este a esta
que me cae tan mal, damos la media vuelta para atrás. Sin metas, sin objetivos “la
búsqueda de la felicidad” noooo. Aquí el camino es el no camino. AMAR HOY AQUÍ
Y AHORA y así a cada instante hasta que termine nuestra vida. Ser hoy, aquí y
ahora. Ser la expresión de la vida así tal y como se manifiesta en este momento
sin rechazar o querer nada.
LA BÚSQUEDA DE DIOS, de la
bondad, metas humanas coherentes: AMAR COMO JESÚS. Nada más. Y así se irá
superando la depredación, siendo aquí y ahora sin esperar nada. Sabemos que
todavía estamos en la depredación cuando sigamos en los propósitos de enmienda.
Más bien, conocer y aceptar, ser en silencio interior y vacío lleno de AMOR SIN
CONDICIONES. Pero olvidamos la GRATUIDAD y volvemos a la depredación.
Piensa ahora con todo lo que
leemos, oímos, vemos, ¿qué sociedad tenemos? ¿Qué familia tienes? ¿Qué
comunidad tienes? ¿Cerebros que depredan a diario o seres que AMAN COMO JESÚS Y
SON PURA GRATUIDAD? Pues nos toca ACEPTAR CON AMOR.
¿Por qué en el fondo del ser nos
duele hondamente todo? Porque en lo hondo hay un anhelo de que toda esta locura
NO ES TODO. Por sobre todo siempre está Él: Dios, el Padre, Jesús, su Amor
INFINITO!!!!
Quedémonos finalmente con este
camino de la NADA que nos enseña San Juan de la Cruz: sonreír porque sí, hacer
el bien porque sí, amar porque sí, cuidar de los seres vivos porque sí.
Quedémonos con esta gran revelación de ser NADA.
Los santos buscaban la plenitud
en SER AMOR COMO JESÚS. Perdieron toda querencia, intereses personales egoístas.
Para venir a gustarlo todo, no quieras gustar en nada; para venir a tenerlo
todo, no quieras tener nada. Pero no se trata de no tener nada o que no nos
guste nada, sino en el NO APEGO, EN EL NO DESEO DE POSEER, pues para venir a
saberlo todo, no quieras saber nada. No enjuiciar, no etiquetar. Compasión,
misericordia, comprender, conocer, saber desde el SER, entonces surgirá la
libertad gloriosa de los hijos de Dios sin deseos ni necesidades vacías. Ver y
vivir sin quereres siendo el más grande y ÚNICO IDEAL: SER, AMAR, evitando
convertirnos en el látigo, en el ayuno siempre reprimiendo, negando porque “me
horrorizo, me escandalizo o me siento más “puro” que otros.
Señor, Amado mío: Sólo te ruego,
ayúdame a SER AMOR, EN TI, DESDE TI, PARA TODO SER QUE RESPIRA. Amén.