Mostrando entradas con la etiqueta ser como Jesús. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ser como Jesús. Mostrar todas las entradas

domingo, 22 de noviembre de 2020

Jesús es Rey EN EL AMOR SIN CONDICIONES

 

 
 
REFLEXIÓN PARA TU ❤ 
 
CRISTO REY DE AMOR INCONDICIONAL TRADUCIDO EN SERVIR. 
 
Porfa date la oportunidad de leerlo completo y HACERLO VIDA!!!! 
 
San Mateo 25,31-46 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Vengan vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hiciste con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apártense de mí, malditos, vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me diste de beber, fui forastero y no me hospedaste, estuve desnudo y no me vestiste, enfermo y en la cárcel y no me visitaste." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "les aseguro que cada vez que no lo hiciste con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hiciste conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." 🎁💞 
 
No olvidemos que este juicio es un pensamiento muy judío. Tenían metida hasta lo más hondo la ley de la retribución, y un Dios que castigaba y premiaba y que nada tiene qué ver con el Dios de Jesucristo. Puedes ver la parábola del hijo Pródigo. Este relato de Jesús tuvo que chocar enormemente a los judíos que lo escucharon. Y también a muchos que preferirían que Dios fuera como somos los mal llamados "humanos": vengativos, castigadores, crueles, indolentes, insensibles.... Y como a los judíos, acostumbrados a «ganarse» a Dios con sus prácticas religiosas (Ley de la retribución) con el cumplimiento de los mandamientos y normas mil, con sus rezos, estudiando las Escrituras, a muchos de nosotros quizá hoy también nos choque. Ellos (como nosotros también) conocían de sobra lo que nosotros llamamos «obras de misericordia», pero eran un «plus» de libre opción, un complemento no necesario para estar en regla con Dios. ¿Te suena de algo? Una mentalidad similar se ha ido extendiendo entre nosotros desde hace bastante tiempo. Esta cultura «narcisista» y «selfie» (según subrayan muchos pensadores y analistas) ha condicionado mucho nuestra espiritualidad, y hemos aprendido a estar muy pendientes de nuestro «yo»: nos revisamos frecuentemente de nuestros fallos y defectos personales, a los que no terminamos de vencer, y que seguramente nos acompañen hasta el final de nuestra vida: el mal genio, la pereza, la envidia, los deseos, el carácter, las manías... NOS OLVIDAMOS DE SER. 
 
En los famosos "exámenes de conciencia" que no nos han hecho mejores por cierto, a menudo nos acusamos del incumplimiento de algunas obligaciones y prácticas religiosas, de nuestros compromisos de oración hechos un poco a medias, de si hicimos o no ayuno o abstinencia... Y con frecuencia nos quedamos en estas cosas. Una espiritualidad individualista y escasamente comunitaria. Espiritualidad llena de neurosis. El sentido común dice que todo lo que hagamos por ser dueños de nosotros mismos, por mejorarnos como personas, por luchar contra nuestros fallos y debilidades... ¡pues está muy bien! ¡Claro que sí! Pero para la mayoría de estas cosas no es necesario ni ser creyente, ni discípulo de Jesús. Es propio de todo ser humano. Pero el Señor, a sus discípulos, les ha puesto el acento en otras cosas, las que leemos en el Evangelio de hoy: el «otro» necesitado y la voluntad salvadora y liberadora de Dios habrían ser lo principal de nuestra espiritualidad y nuestros exámenes de conciencia. No parece que la vida espiritual, la fe, las prácticas religiosas formen parte del "juicio final": Dios no pensaba con la ley de la retribución: Te portaste bien, te premio, te portaste mal, te castigo. ¡¡¡Nó!!! No son relevantes para Cristo Rey los rezos, los actos piadosos....SINO EL AMOR PUESTO EN PRÁCTICA!!!! 
 
Por otra parte, habría que remarcar que todas nuestras prácticas religiosas y compromisos de rezar lo que sea todos los días, o acudir al culto, o a visitar al Santísimo... tienen un criterio de valoración y validación: si me ayudan y empujan a amar más, a ser más misericordioso, a entregarme a los demás... tendrán sentido y agradarán a Dios. Si no, es neurosis, engaño. Si el proyecto de Jesús (lo que él llamaba el «Reino»), y si nuestro Padre Dios está especialmente preocupado y pendiente de los que peor lo pasan (por ejemplo lo que dice la Primera Lectura: «Yo mismo buscaré la oveja perdida, recogeré a la descarriada; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma...» ) los que nos consideramos suyos... tenemos que ser sus instrumentos, sus principales agentes para que este mundo sea de otra manera, sea suyo, sea de la misericordia y del amor. Lo que «ofende» gravemente a Dios sobre todo es la falta de atención a «mis hermanos más pequeños». Jesús estaba «cansado» (incluso enfadado, si recordamos aquella escena a la entrada del Templo) de esa religión llena de solemnes liturgias y procesiones, de prácticas, de distinciones sobre lo puro y lo impuro, de normas y prohibiciones, de rezos, sacrificios y ofrendas «por mí y por los míos» ... que se dejaban «fuera» -llegándose a veces al extremo de «excluir» y «condenar» en el nombre de Dios- a los que más necesitaban la cercanía y la ternura de Dios por parte de los que se consideraban «el pueblo de Dios». 
 
Para los profetas y para el mismo Jesús esto no era sino una religión «vacía». Y con sus palabras, actitudes y gestos, deja claro lo que sí tiene sentido, lo que vale a los ojos de Dios. Intenta iluminar el presente dándole profundidad humana, contagiando esperanza, aliviando. Y así, hasta los gestos más triviales, como el de dar un vaso de agua, se convierten en semillas de eternidad, en opción decisiva, en algo realmente agradable a Dios. También un no creyente puede obrar a favor o en contra de Jesucristo, aunque no lo conozca, según decida servir o no servir al hombre. Matar a un semejante o ayudarle a vivir; oprimir al hermano o liberarlo; ofender a alguien o mostrarle respeto; pisotear la dignidad de un desgraciado u honrarle; explotar al prójimo o compartir el pan con él: rechazar o acoger a un emigrante, forastero; contribuir al hambre o alimentar a los pobres... significa atentar contra el señorío de Cristo o promoverlo. Ser «benditos de mi Padre» o no serlo. Es significativo que en el texto de Mateo falta el verbo amar. Cristo no dice: «... y me amaste», sino «me diste de comer, me diste de beber, me visitaste, me hospedaste, me viniste a ver... ». 
 
«Amar» es un término que puede confundirse con cualquier otra cosa. Pero amar esencialmente es HACERNOS RESPONSABLES DEL OTRO, DE LA OTRA....el cómo ya es creatividad nuestra. Jesucristo Rey se fijará en si «Hiciste esto» o «no hiciste esto». La sentencia del "juicio final" (Recordemos la ley de la retribución judía) está más en el verbo «hacer» en favor del hermano, del ser que respira y lo necesite. O sea que para Jesús el cumplimiento y valoración del primer mandamiento está en practicar, en hacer el segundo. Si no, dirá San Juan, seremos unos mentirosos. Resulta asombroso que los «justos» los que creían que conocían todo a cerca de Dios, declaren que... no reconocieron a Cristo en el pobre, en el que pasa apuros. Que no quisieron darse cuenta de que el necesitado al que atendían era... Otro (así, con mayúsculas). 
 
Para Dios es suficiente que te hayas encontrado ante un rostro humano (por muy desagradable que sea) y que, sin necesidad de echar mano de motivaciones religiosas, le hayas abierto tus puertas. Lo esencial no es tu fe, sino la caridad es decir, el AMOR. El amor al hombre y a todo ser que respira. 
 
Las seis «obras de misericordia» que ha enumerado Jesús se refieren a cuatro necesidades fundamentales de la condición humana: - La alimentación (hambriento y sediento). - El reconocimiento social (ser extranjero, estar desnudo). - La salud (enfermo). - La libertad (la cárcel). Y podríamos añadir otras en esa misma línea. Por ejemplo: Una palabra amable o un oído atento pueden redimir a una persona desesperada. ¡Y hay tantas! Ofrecer un poco de gasolina al que se quedó tirado en la carretera, u ofrecer un bocadillo y acompañar mientras se lo toma. Visitar a las personas solas, mayores, enfermas, sin trabajo, y hacerle la compra, limpiar un poco. «Me vieron accidentado y me llevaron al hospital». «Era inmigrante y me enseñaron el idioma, me ayudaron con los papeles, me facilitaron un trabajo o una vivienda, o unos libros para los péqueños, me acogieron bien...» «Estaba ingresado en una residencia, con la cabeza un poco perdida, y me acompañaste o me sacaste de paseo». Precisamente, con la que está cayendo en todas las esquinas del planeta muchas voces, llaman continuamente a la solidaridad, a la proximidad, a la atención a los más desfavorecidos... Con confinamientos y sin ellos. Una ocasión urgente para ejercitar la misericordia. O nos salvamos todos juntos... o no se salva nadie.
 
El individualismo y el «sálvese quien pueda»... cuentan a favor de la difusión del virus. EL VIRUS DEL NO AMOR. Ojalá que quienes decimos que seguimos a Jesús se nos note porque nuestra vida sea una entrega, un servicio, un compromiso por cambiar lo que sea necesario de modo que no haya tantos descartados, para que no haya tanta soledad, para que no haya tantos «prisioneros» de sus circunstancias. Y desterremos el individualismo/narcisismo de nuestra vida, así como todo lo que pueda ser sospechoso de «espiritualismo», de religión vacía: INTERESES PERSONALES Y HASTA PSICOPATÍAS, ESQUIZOFRENIAS CAUSADAS POR PENSAMIENTOS "muy espirituales" u obsesionados con diablo, infierno y castigos. 😱😱😱😱😱😱😰😰😰😰
 
 Nuestra vida entonces merecerá la pena, y el Señor nos dirá: «Venid, benditos de mi Padre». Hoy es el último domingo del tiempo que llamamos ordinario. El próximo comenzaremos el Adviento. Y en este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey, Cristo Rey que no es de este mundo EGOÍSTA Y LLENO DE INTERESES PERSONALES. Rey que no actúa como los reyes de este mundo. Rey que se despoja de sí para amar a cada ser que respira. Rey que deja todo por cargar entre sus brazos al que le está doliendo mucho la vida. Rey de humildad, de alegría, de fortaleza, de paciencia, de amor sin condiciones. Jesús nos muestra su realeza desde el trono de la cruz, con la corona de espinas, despreciado, olvidado.
 
 Jesús que Reina desde el amor, desde la entrega absoluta, desde el servicio, desde el perdón,desde la compasión, desde la debilidad, desde el servicio a los más pequeños, a esos que quizá tú y yo olvidamos y hasta mal tratamos. 
 
Hoy Jesús nos dice: Descúbreme en los pobres es decir, en los que no amas, en los que desprecias y olvidas, en los enfermos, hambrientos, sedientos. En todo ser que respira. Descúbreme en los pobres de dinero, de compañía, de esperanza, de fe, de amigos, de salud, de libertad, de cariño. Descúbreme en los seres abortados, en los ancianos olvidados. En los pobres de todo. 
 
 Ayúdame Jesús a querer dar a cada uno lo que necesita. Ayúdame a valorar a las personas por su capacidad de amor, de entrega. Y no por otros criterios tan importantes como la inteligencia, el aspecto físico, el dinero, el poder. Señor, eres el Rey y Señor de mi vida, quien me invitas a seguirte y esperas con paciencia mi respuesta. No me has prometido dinero, ni honores, ni vida fácil, pero me aseguras la paz y la alegría más grandes. 
 
 Tú no eres como los señores de este mundo. No utilizas tu poder para manipular y enriquecerte. Tu único poder es el Amor, el amor que se entrega para dar vida, vida hoy, aquí y ahora. Amor que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa. Jesús, enséñame a Reinar contigo AMANDO A MANOS LLENAS COMO TÚ LO HACES CONMIGO. Amén.
 

 

jueves, 28 de noviembre de 2019

Amar sin condiciones



 


Dice Padre Ignacio Larrañaga en la meditación a la pasión de Jesús de Nazareth, que Jesús vivía en tal amor incondicional, era el mismo amor incondicional, y expresa que Jesús era la nada!!! Y a un pobre de espíritu, a un Anawin, es decir al que no quiere nada, ni nada quiere tener, qué le puede turbar!!!! Era libre porque no tenía apegos, porque vivía en la Verdad, era la misma Verdad!!



Un hombre pobre es el que nada quiere, nada sabe y nada tiene. 



Hoy queremos hablar de esos tres puntos. En primer lugar decimos que un hombre, una mujer pobre es aquel, aquella, que no se apega a nada, que todo lo vive en gran libertad interior, al estilo de Jesús.




El hombre, la mujer que quiere ser verdaderamente pobre de espíritu, ha de mantenerse vacío, vacía de egoísmo, de su voluntad creada como hacía cuando él, ella "todavía no era". 



Estamos en este tema "Desde el yo racional hasta la pobreza de espíritu". Los seres humanos precisamos depredar: matar para vivir. percibimos y sentimos el mundo como nuestro lugar de "caza". Y generamos la conciencia egóica, el yo egoísta: todo en función de mi y para lo que considero "mío". "Conozco" lo que "soy" en un entorno de destrucción mutua, Vivo, me muevo y soy en egoísmo camuflado.  la consciencia la hemos seguido domesticado, aminorado y pese a los frutos que no son precisamente amor incondicional, seguimos!!!





No hemos "matado" el egoísmo, ni educado la impulsividad (también se mata con la boca, con los rechazos etc....) Nos movemos desde la compulsión, la viceralidad, los impulsos el querer tener para la sobrevivencia. Nada nos ha cambiado.



Vivir depredando subsistir matando. Somos depredadores culturales. y además maniqueos: Nos movemos en la jerarquización de "buenos" y "malos" sin comprender que más que buenos y malos somos o sabios o necios, o sanos de heridas o heridos.....



Y nos entristecemos hasta morir por lo que sucede, por lo que el otro o la otra en su depredación hace. Y negar la condición de depredación ya implícita en nuestro cerebro reptil o rebelarse ante ello que sería negar mi propia condición o caer en el vacío sin sentido, que sería caer en neurosis.



Conocer, percibir y sentir no es la única posibilidad. Si queremos ser nada, saber nada, querer nada al estilo de Jesús y Juan de la Cruz, habríamos de darnos un toque de atención y darnos cuenta que gracias a Jesús sabemos que no somos ya una comunidad mundial de cazadores sino que tenemos la posibilidad de ser al estilo de Dios: GRATUIDAD.




Jesús vivió sin ningún beneficio para sí. Fue el testigo desinteresado. Así cada uno de nosotros: ser testigos del amor desinteresado.

Pasamos la vida quizá haciendo el "menor daño posible" pero al fin, haciendo daño, pues pensamos que es con nuestras fuerzas, con nuestros propósitos de enmienda que cambiaremos y noooooooó!!! 





Simplemente se trata de SER. SER AMOR SIN CONDICIONES. Se trata de ser gratuidad como Jesús. Quien se retira en silencio y soledad para esto.....y lo otro....y alcanzar paz....y ser mejor.....y pedir por.....pero no tiene consciencia de dejarse amar, simplemente dejarse amar......y amar al estilo de Dios, entonces es un buscador, buscadora de propósitos, de apoyarse en sí mismo/a, en sus planes y no en la más maravillosa voluntad de Dios que es que seamos AMOR SIN CONDICIONES AL ESTILO DE JESÚS.



Qué disimulo tan sutil he hecho con mi capacidad de depredación: nos sentimos ángeles cuando hacemos algo "bien" según nuestros criterios....andamos en falsa humildad y hasta llevamos caretas, personajes que acomodamos muy bien hacia donde nos conviene.






Se trata de ser testigos desinteresados. TESTIGOS DEL AMOR DE DIOS POR CADA SER VIVO. Y para ello hemos de tratar de comprender no con la mente sino con el corazón, pues los pensamientos de Dios no son como los nuestros. Ni sus caminos como los nuestros. Y como María, se trata de desaparecer, de ser NADA NI NADIE. Vidrio transparente. No querer nada, no desear nada, porque dice Juan de la Cruz que todo esto entorpece el ser y oscurecen la luz que ya Dios nos dio cuando "nos pensó desde toda la eternidad" dice el profeta Isaías.




Ser. Ser luz vibrante. Calor divino y humano. No dejaremos de ser depredadores, pero podemos ser luz dejando eso sí, de pensar maniqueamente: los que ya no pensamos nada “malo”, los que ya no hacemos nada “malo”. 
 
Se trata de ser como Jesús de Nazareth. Nada más. Se trata de un proceso de integración, como el carpintero con un trozo de madera, lo trabaja hasta convertirlo en esa obre maravillosa, así nosotros cultivando y cuidando nuestro yo cuando salimos a la vida de las Manos del Padre (ese yo que éramos antes de ser contaminados, bombardeados por la depredación de una cultura, de la educación o no educación, de creencias o paradigmas inadecuados y que nos han llevado a neurosis o psicopatías, tanta esquizofrenia, por tanta represión).



No se trata de anular el ego porque esto causará neurosis. Sino ver la propia historia personal y comunitaria mundialmente, comprender que todos llevamos el mismo cerebro aunque cada uno es único por sus propias experiencias o por el ADN específico etc.…



Hoy comprendemos que nuestra propia historia personal, nuestros pensamientos, sentimientos, emociones son un instrumento útil para ser luz, para ser gratuidad.






Pregúntate. ¿Con qué te identificas ahora mismo: con tu yo depredador (egoísmo, soberbia, ira, orgullo, mentira, doble vida, etc.) o con ese yo lleno de luz, de gratuidad, de amor incondicional porque es el yo original, el que es a imagen y semejanza de Dios?



¿Qué te falta por trabajar? ¿Qué necesitas quitar? ¿Desapegarte? ¿Amar sin condiciones? ¿Con tu ser capaz de GRATUIDAD?



La depredación es la cárcel. Amar al estilo de Jesús, es la libertad verdadera.

Los deseos, apegos, quereres por más sublimes que sean, luego de un tiempo y con el trato con los demás vemos que son infantilismo, caretas, personajes que nos vamos inventando. Necesitamos dar el paso a un conocer y sentir NO EGOÍSTA. Ser testigos imparciales como Jesús que no enjuició a NADIE. Que amó hasta el extremo.




Entonces, ¿cuál es mi tarea espiritual? Avanzar en conocer, sentir y comprender no desde mis pulsiones, desde lo primero que pienso o siento, ni desde la represión o negación pues seguramente seré neurótico, neurótica con peligro de desarrollar psicopatías, sino ir a la NADA, al vaciamiento es decir SER AMOR INCONDICIONAL.



No pensar en represión ni como algo malvado de un ser humano, ni de la existencia. No caer en el maniqueísmo de bueno o malo, sino ser como Jesús que comprendió, sintió y conoció el cerebro humano, su reptibilidad, sus heridas sin sanar, su necedad y por eso se entregó, nos enseñó a ser.




Vaciamiento para alcanzar la pobreza de espíritu, el desprendimiento y decir con todo el ser al Padre Celestial en un inmenso, infinito acto de abandono, del que depende: “Yo no se nada Padre mío, solamente se que me amas, entonces quedo en silencio y haz de mi lo que quieras, porque tú me amas, porque tú eres mi Padre”.



Bienaventurados los pobres, los desprendidos, los desapegados, los que no buscan lo suyo, los que no se inventan personajes, ni camuflean nada, ni recriminan nada, ni enjuician nada. Los que no tienen intereses sino en GENEROSIDAD.



Ser aquél, aquella que nada tiene y nada quiere tener. Nada sabe, nada quiere.




No olvidamos que la depredación la demostramos cuando decimos: Yo quiero, yo necesito, yo tengo.



¿Y los penitentes? Rechazan su cuerpo, el mundo, negando su carácter depredador intentan resolver la propia insuficiencia. Y la negación de esto, es un grave problema pues una vez más diremos: genera neurósis, psicósis. Resolver todo esto desde la represión, constantemente castigándose. Noooooó. Sino ACEPTAR lo que somos. Y simplemente ser como Jesús que ni se flageló ni despreció la condición humana.



¿Cómo he de ser yo, cuando todavía no era? Cuando todavía no era es decir, cuando el Padre desde toda la eternidad me hizo para Él. Y su plan para mi era de amor y es de amor y me hizo amor incondicional. Así he de ser yo.




¿Qué hacemos cuando estamos en silencio, sentados en oración, en meditación que por cierto no es pensar mucho sino amar? No anulamos ni el cuerpo, ni emociones, ni sentimientos. Se trata de no identificarse con ese flujo emocional, mental, físico y entonces, de pronto, conectamos con el Amor. Y entramos en contacto con el ser que siempre hemos sido y que ha sido tapado, escondido por lo que hemos ido haciendo en nuestra vida, por la cultura, la educación o por nosotros mismos. Así que vivir desde la no identificación sin querer nada de ese o este momento. De otra forma, querer “alcanzar la paz”, “que no me duela esto” “que no suceda aquello” será estar jugando con personajes que nosotros mismos nos inventamos y volvemos al yo lleno de EGO.



ENTRAR EN LA DINÁMICA DEL ABANDONO. He ahí el camino sin caminar. Proceso sin buscar “ser buenesitos” o “cumplir la voluntad de Dios” pues cuando la voluntad de Dios es que ame a este a esta que me cae tan mal, damos la media vuelta para atrás. Sin metas, sin objetivos “la búsqueda de la felicidad” noooo. Aquí el camino es el no camino. AMAR HOY AQUÍ Y AHORA y así a cada instante hasta que termine nuestra vida. Ser hoy, aquí y ahora. Ser la expresión de la vida así tal y como se manifiesta en este momento sin rechazar o querer nada.



LA BÚSQUEDA DE DIOS, de la bondad, metas humanas coherentes: AMAR COMO JESÚS. Nada más. Y así se irá superando la depredación, siendo aquí y ahora sin esperar nada. Sabemos que todavía estamos en la depredación cuando sigamos en los propósitos de enmienda. Más bien, conocer y aceptar, ser en silencio interior y vacío lleno de AMOR SIN CONDICIONES. Pero olvidamos la GRATUIDAD y volvemos a la depredación. 




Piensa ahora con todo lo que leemos, oímos, vemos, ¿qué sociedad tenemos? ¿Qué familia tienes? ¿Qué comunidad tienes? ¿Cerebros que depredan a diario o seres que AMAN COMO JESÚS Y SON PURA GRATUIDAD? Pues nos toca ACEPTAR CON AMOR.



¿Por qué en el fondo del ser nos duele hondamente todo? Porque en lo hondo hay un anhelo de que toda esta locura NO ES TODO. Por sobre todo siempre está Él: Dios, el Padre, Jesús, su Amor INFINITO!!!!




Quedémonos finalmente con este camino de la NADA que nos enseña San Juan de la Cruz: sonreír porque sí, hacer el bien porque sí, amar porque sí, cuidar de los seres vivos porque sí. Quedémonos con esta gran revelación de ser NADA.



Los santos buscaban la plenitud en SER AMOR COMO JESÚS. Perdieron toda querencia, intereses personales egoístas. Para venir a gustarlo todo, no quieras gustar en nada; para venir a tenerlo todo, no quieras tener nada. Pero no se trata de no tener nada o que no nos guste nada, sino en el NO APEGO, EN EL NO DESEO DE POSEER, pues para venir a saberlo todo, no quieras saber nada. No enjuiciar, no etiquetar. Compasión, misericordia, comprender, conocer, saber desde el SER, entonces surgirá la libertad gloriosa de los hijos de Dios sin deseos ni necesidades vacías. Ver y vivir sin quereres siendo el más grande y ÚNICO IDEAL: SER, AMAR, evitando convertirnos en el látigo, en el ayuno siempre reprimiendo, negando porque “me horrorizo, me escandalizo o me siento más “puro” que otros.



Señor, Amado mío: Sólo te ruego, ayúdame a SER AMOR, EN TI, DESDE TI, PARA TODO SER QUE RESPIRA. Amén.







Terapia visual de pensamientos sabios 2