lunes, 2 de enero de 2023

Escuela del Silencio habla suave y con respeto

Habla poco, dulce, suave y con respeto


 

Navegamos sobre las mismas aguas, eso es la vida. Pasamos por momento de lluvias intensas, tormentas inesperadas, aguas agitadas, mareo, vértigo de no saber qué está pasando, si llegará esto o yo no llegaré, tanta incertidumbre!! Todos pasamos por procesos similares, pero ¿cómo lo afrontamos?, ¿cómo tratamos con ello? Va a depender de la atención y la intención en esta transformación propia. Además, nunca juzgar a nadie, ni hablar mal de nadie, porque podemos el día de mañana pasar por esa misma situación sin saber qué hacer, cómo tratar con esa situación, con esa emoción. Entender los procesos, momentos, estados similares, no para acomodarnos sino para tener dominio sobre ellos. 

 


 

            No ver la maldad, no escuchar la maldad, no hablar la maldad, no pensar la maldad, no actuar con maldad. Y es que nos dejamos llevar de lo primero que el egoísmo siente, y actuamos visceralmente, con lo desechable, es decir, aquello que podríamos desechar para no pelear, para no hacer la guerra, cosas insignificantes pero que influencian en nuestra interacción. ¡Cuánto podríamos evitar de enojos, rupturas, separaciones, divorcios entre hermanos, hijos y padres, amigos, parejas! ¡Tantos malos entendidos) ¡Lucha de egos, a ver quién tiene la razón!

 


            Se pueden ver diferentes situaciones, pero, decidimos no entrar en lo negativo de las situaciones, porque elijo "no ver" y no es que huya, que rechace, ni que evada, sino simplemente elijo no absorberlo en mi propio corazón y en mi mente.  La mente gira alrededor de algo que nos ha impactado o influenciado para que lo critique y es como un detonante para que lo juzgue y lo critique. OBSERVA pero no absorbas. Ve al silencio, quédate simplemente dejándote amar por Él y ¡ama! Observa qué dejas entrar y qué no dejas entrar. Absorbe el amor de Dios. Utiliza esa frase centrante, esa oración o meditación silenciosa corta del corazón: "Amor", ó "Jesús", ó "Abba", ó "Padre", ó "¡Dios mío, te amo!" inhalando y exhalando tranquilamente, plenamente….

 

 

            Mira lo que te ha llegado a tu mente en conversaciones o lo que vives a tu alrededor. Sepárate interiormente y piensa qué puedo aportar de positivo a todo esto. Cómo puedo ayudarme y ayudar en esta situación, en lugar de perderme en pensamientos , críticos y dejar que las emociones me inunden, pensando que esto o lo otro es "injusto" creyéndome la víctima, genero más bien un buen deseo con un sentimiento diferente, de paz, de perdón incondicional, de acogida, que sean como mensajeros que lleven a otros esa energía hermosa del Amor, que disuelve el malestar, la calma o el conflicto que otros puedan estar sintiendo, aunque sea por un momento.

 


            ¿Cuál es el sentido de pensar una y otra vez en un error que he cometido o que otros han cometido? incrementará el error!! pero si buscas una solución en ese aprendizaje, la carga será más ligera (Mt 11,28) y podrás sonreír, porque has soltado una crítica o una preocupación o malestar. He dejado de darle vida en mi mente, de hacerlo grande; eso es el Amor que tienes dentro, dejar de hacerlo grande, como una montaña, quedando pulverizado a un granito de arena. Disuélvelo en esa Presencia amorosa de Dios allá en tu ser hermoso. Visualiza esa montaña que ha podido ser un obstáculo porque ha creado tensión en ti, como un granito de arena, o en una bolita minúscula de algodón. No es tan grave, no está, y piensa cómo aquello a lo que en tu vida, en tu interior no le has dado tanto valor, y lo puedes utilizar más, actuar más con ello, a veces será el respeto, otras veces será la paciencia, otras el perdón sin condiciones. otras veces será la valentía, son pequeñas semillas que están ahí dentro de ti, dales el valor que merecen y desde lo sencillo, desde el silencio interior, haz grandes cosas con ello. Perdona algo que tienes pendiente contigo mismo, transforma tu actitud hacia alguien con quien guardas algún resentimiento, disuelve eso, con amor. Lo que te acaban de contar, de unos o de otros, no lo guardes en tu mente, ayúdales con esos sentimiento genuinos de: ¡Te deseo lo mejor, deseo que seas bendecido! Poco a poco con esos sentimientos, con esa semilla, con esa quietud, quédate así, descansando en Dios.

 


            Nuestros días ¿los vivimos consciente o inconscientemente, teniendo "ventanas" abiertas a todo lo que pueda entrar?  Necesitas tener consciencia, ser guardián con sabiduría, con amor, con fuerza y determinación. No permitas que tu yo egoísta te convenza de que ya no hay remedio. Piensa, y haz soluciones pacíficas. Cuanto más trabajamos el silencio interior, hay quietud, se vive desde la sabiduría, sin pleitos, sin gritos, sin desgarramientos ni fracturas emocionales. Tu interior es ese templo valioso. Cuando te cuentes o te cuenten de algo, de alguien convirtiendo eso en un gran drama, sellas la dignidad de la persona. Nuestra mente cuando se acostumbra a esa visión crítica, inquisitoria, imagina tantas cosas que no son reales, incluso aún cuando son reales, nada tiene qué ver conmigo, y ni ayudo ni me ayudo a cambiar. Cambiar nuestra consciencia es porque algo queremos trabajar en nosotros mismos. Hay actitudes que comienzan a cambiar, pero cuando vuelves a la crítica y dices, "sí, pero…."

 


 

            Uno puede cambiar la trayectoria de hacia dónde va lo que estoy pensando. El espejo de esos pensamientos son nuestras palabras y acciones. Desear, necesitar, anhelar, trabajar esa actitud positiva, llena de amor entrañable. No juzgar rápidamente saltando a conclusiones que para nada tienen qué ver con la sabiduría. ¿Qué slogans quiero quitar de mi mente? ¿Qué nuevos surcos cerebrales quiero alimentar llenos de sabiduría, del amor con el que Dios me ama? ¿Qué etiquetas quiero y necesito quitar y que yo mismo/a he puesto a los demás, o a esta situación o circunstancia?

 


            Hay un secreto que es oro: Habla poco, dulce, suave y con respeto. Porque hablar poco, es más fácil para no equivocarse, aunque se puede hablar poco y herirnos y herir de la misma manera. Depende. Pregúntate: Cuántas de tus palabras tienen un significado que está siendo un instrumento para construir algo positivo, o están siendo herramientas para destruir algo en el corazón de otro momentáneamente? ¡Lanzas una piedra y ya has roto el corazón de otros, pero ya lo has hecho!

       


    

            Nuestras palabras van acompañadas de la vibración de ciertas emociones, por eso, la semilla ha de estar saneada, limpia y ser bien intencionada. Y las palabras que recibimos, pensar, ¿qué historia creamos con ellas? Cambiarlas y decir: ok, esto ha entrado, pero Dios ya me dio la facultad de poder ver desde otra óptica (esto sería "no ver), conscientemente contribuir de una forma constructiva (voy a crecer al estilo de Jesús) y positiva a esto que estoy recibiendo, en lugar de dejarme absorber, en lugar de echar más leña al fuego, comprendiendo que quizá el otro, la otra lo dijo desde sus surcos cerebrales negativos, desde la necedad, desde su falta de amor a sí mismo/a, desde sus heridas no sanadas, EN LUGAR DE…absorberlo con negatividad, con amor propio herido. Ver cómo puedo ayudarme y ayudar, dando un mensaje con mi postura, mi rostro afable, mis palabras y tono suaves, con sentimientos sublimes que ya poseo, con dulzura, con aceptación y respeto al otro, a la otra, aunque de pronto te choque, y no aceptes así de pronto, su actitud negativa y quizá hasta grosera, y no estás de acuerdo con ello, pero ACEPTAS LO INVISIBLE, sabiendo que si supiéramos comprender, no haría falta perdonar y viviríamos en la paz, decidiendo generar esa bondad, esa benevolencia, sabiendo que detrás de toda esa actitud, de esas palabras, de esos gestos, de ese comportamiento, hay algo que siempre es bueno, en cada ser humano. Es más fácil que eso te sane, por eso, EL SILENCIO ES ORO. Cuando nuestras palabras van acompañadas de sentimientos silenciosos, benevolentes, porque entonces toca al alma, y tocará a otros, porque ya la flecha está lanzada. Pero si lo dices como una corrección, o "tú lo estás haciendo mal y yo llevo la razón", nadie aprende cuando ponemos ese tipo de autoridad mal entendida. Hay autoridad con amor que tiene un efecto muy constructivo en otros, aunque aparentemente de pronto cree un impacto o hasta rechazo, pero hay un ingrediente del amor aún diciendo un no, que hará despertar esa capacidad reflexiva, meditativa en los otros.

 


            Cuando alguien no actúa bien, es porque es débil y con su actitud, refuerza esa debilidad, esos surcos cerebrales y que muchas veces, la mayoría de los casos no está pudiendo controlar. Cuando a uno mismo le sucede, hasta piensa: "¡¡¡Si lo hubiera pensado antes!!!" por eso, mejor hablar menos, equivocarse, menos, reparar menos. Y nunca decir: Esto es inútil!!

 


            La dulzura no es algo empalagoso ni para deleitar los oídos de otros o complacerles. Estamos hablando de la dulzura de la BUENA INTENCIÓN. la dulzura de la sencillez y de la benevolencia; la dulzura de la sinceridad, de la honestidad, , pero ¡cuidado! pues quizá lo que estoy pensando es verdadero y será mejor no decirlo en ese momento cuando yo también estoy muy visceral y puede que no sea del agrado de la otra parte, entonces será mejor no decirlo. Para qué voy a decir el color de los zapatos que llevas. Si la otra persona está llevando ese color, será porque le gusta. Así que ver, oír, pensar, hablar, actuar con RESPETO. El respeto con mi intención de dulzura, benevolente, y luego, cuando recibo una piedra, la cojo, aunque antes me haya dañado, y lanzarla con la misma fuerza con que me dio, me llegó a mi, la pongo en el "suelo", con entrañas de misericordia, no me quedo con la piedra emocional, no te tiro la piedra y con respeto, te estoy mostrando que no quiero entrar en ese conflicto.

 


            Simplemente no me quedo con la piedra (emocional), NO ENTRO en esa disputa, en ese QUERER TENER LA RAZÓN!!! no quiero entrar en ese juego en el que los EGOS CHOQUEN!! Es más importante la ARMONÍA. Es más importante la atmósfera, el ambiente que creamos con AMOR SIN CONDICIONES. Es más importante yo mismo, tú misma. Recordemos ese video tan valioso en donde nos dicen: Piensa en un minuto quiénes son las personas que más amas…..y pusimos sólo 2 y no encontramos a más….haciéndonos dar vueltas cerebrales…..y no nos pusimos a nosotras/os mismas/os cuando tendríamos que habernos puesto en primer lugar con esa sana auto estima, para poder amar a la creación entera y amar vivir en armonía.

 


            Es más importante yo entendido como SER AMOR incondicional, que perder los estribos, nuestro estado interior de paz verdadera, perder la unidad, la confianza. Porque se puede perder, cuando entramos en disputas una y otro, y otra, y muchas veces, a diario, hay malos entendidos, y uno piensa lo que no es y la otra parte piensa lo que no es. MEJOR PENSAR: Tal vez hoy has tenido un mal día, para que voy a juzgarte si yo también paso malos días de esos en donde se me cruzan los cables. Y yo, en mi interior, no ponerme de víctima, sabiendo que es sabio NO ESPERAR NADA DE NADIE, SINO ESPERAR TODO DE DIOS Y DE MI, que ahora mismo sigo trabajando en mi interior, con gran consciencia, desde la sabiduría, desde todos los dones que ya Dios nos ha dado a todos sus hijos e hijas. Para qué voy a ponerme a pensar: Ah! es que tienes mala intención, me quieres dañar, no me amas, y comienzo a reaccionar impulsiva y rápidamente. No, sino pensar: algo le pasa, algo no ha salido como se esperaba, a lo mejor tiene mucha tristeza por tanta cosa que pasa y esas palabras dirigidas a mi han salido de la impotencia. Cuántas veces a mi misma/o me hubiera gustado que ese o esa me hubiera entendido en lugar de saltar!! y entonces eso ha hecho que yo salte más!! y cuando dos leones se atacan, no da buen resultado. Y ¿Cómo generar esta consciencia llena de sabiduría? con una perspectiva más amplia, en lugar de sellar a las personas, este o esta es así, o pensar que esta situación nunca va a cambiar. Deja atrás la historia del pasado de esa persona, y la tuya, sánala, acéptate con todas tus equivocaciones o errores. Ámate para poder amar. Que nada te impida avanzar. Tu esencia es maravillosa. Eres un tesoro divino. Ahora simplemente trabaja con esas capas que han nublado, han ensuciado esa esencia. Escribe todo lo que te duela, recuerdos que puedan darte vergüenza, miedo, escríbelos hasta que no te duelan más. Los obstáculos, los problemas, verlos como oportunidades. Todo lo que pienso digo y hago, tiene un efecto. Tener presente que todo lo que es nuevo, tiende a envejecer. Lo que no utilizas, se va a perder, a enmohecer. Si pierdes las oportunidades sin interactuar con ellas, tú decides.

 


            No olvides pues, MEDITAR. Y ahí en Presencia de ese Dios que nos ama con locura, ir acomodando, dejándonos limpiar, sanar por Él y también por nosotros mismos con esa actitud consciente y amorosa, en lugar de ir a sacar ese baúl mal oliente, enmohecido de lo que hice, de lo que me hiciste, de lo que pasó, y que haya dejado tan grande impresión, de manera que cuando alguien te dice algo y le dices: ¡¡Y tú!! bam, bam, bam!! con tus balas inconscientes por seguir guardando tanta herida que hasta uno se pregunta: ¿Cómo puedo retener tanto!!!??? ¡Cuánto rencor puede guardar el corazón! Todo eso enferma al alma y no sirve para nada más que para crear más peso. No es cuestión de AMNESIA. Cuando perdonas algo, lo has disuelto, lo has pulverizado como aquél granito de arena, lo has olvidado, pues aunque te acuerdes, ya no te hace mella, ya no te daña, porque has aprendido, ahora tienes experiencia, vas creciendo, vas más ligero de equipaje. Se ha borrado el dolor en tu corazón. ¿Cuesta borrar el dolor? Dios puede disolver ese dolor sea de lo que has visto, de lo que te ha pasado, de lo que has escuchado. Entrégale a tu Padre Amoroso reconociendo que no puedes solo/sola. Dios ese lavandero amoroso del alma. Entrégate a Él. Ríndete a su amor sin condiciones.  


 

Terapia visual de pensamientos sabios 2